Cuando vivimos el día a mil por hora, pocas son las ocasiones en que nos damos el tiempo de descansar, reflexionar, hacer deporte y relajarnos. Es por esa mezcla de cosas que entrega el yoga, que se ha vuelto una salida apropiada para quienes lo han descubierto. Y si aún no lo practicas, acá te contamos tres beneficios que te entregará esta disciplina.
1. Conciencia corporal: Cuando tenemos un dolor y se nos hace frecuente, normalmente nos olvidamos de él y lo asumimos como propio de nuestro cuerpo. El yoga ayuda a tener conciencia sobre los músculos, las articulaciones y el estado mental. La gracia es aprovechar ese momento de conciencia para tomar decisiones que permitan considerar esta conección entre cuerpo y mente, sobre situaciones comunes cotidianas como la alimentación, o la actividad física, en general.
2. Nuevos desafíos: Es más fácil estar en casa descansando, que estar en la calle bajo el sol o la lluvia haciendo deporte. Y la tónica dice que la gente prefiere hacer lo más fácil, lo que en otras palabras se traduciría como "quedarse en la zona de confort", aquello que se sabe hacer, por miedo a enfrentarse a algo nuevo. Hacer yoga ayuda a dormir mejor, a tenes más energía y vitalidad, a tener más confianza en sí mismo y en las propias capacidades, en definitiva, a enfrentarse al mundo con la convicción de poder hacer más cosas y ser capaz de enfrentar nuevos desafíos.
3. Respiración: Por mucho que se crea que se sabe respirar desde nacimiento, la verdad es que esta técnica no se domina bien hasta después de haber practicado yoga. Los ritmos, la intensidad, la relajación y la profundidad del yoga ayudan a desarrollar una mejor técnica de respiración y con ello a prepararse para momentos de estrés, ansiedad o tensión, para afrontarlos de buena forma.
Estos tres elementos pueden ayudarte a convencerte sobre las bondades del yoga y sus efectos en el cuerpo y el estado anímico. Para practicarlo claro, te recomendamos conocer esta guía con las diferencias entre los distintos tipos de yoga, para que una vez que encuentres el tuyo, comiences a meditar.
Imagen Elvert Barnes