El momento del día en el que te ejercitas es motivo de muchos comentarios, pero ¿tiene realmente importancia? ¿Hay un momento ideal en el día para ejercitarse? Ahondemos en este tema para descubrir cuánto influye la hora del día en nuestro desempeño deportivo.
1. Cuando te sientes mejor: hay momentos durante el día donde sientes una leve ventaja psicológica, aprovecha ese momento en el cual tú sabes que puedes rendir más. Por ejemplo, si eres un pájaro nocturno, entrena de noche. Si por el contrario eres un madrugador, entrena a primera hora del día. Cualquier momento en el que te sientas capaz y con energía funcionara, porque estarás dispuesto, tendrás mejor disposición y eso será un buen comienzo.
2. Cuando tus reservas de glicógeno estén altas: pongámonos técnicos. Tu cuerpo puede trabajar por más tiempo y más duro de manera anaeróbica si comienzas tu entrenamiento con un estanque lleno de glicógeno muscular. Esto te permitirá levantar más peso, saltar más alto, moverte más rápido, en realidad mejorar cada aspecto importante de cualquier ejercicio que no esté relacionado con la recuperación o con la eficiencia aeróbica.
El glicógeno se recarga principalmente con carbohidratos, y se extingue muy rápido con el ejercicio, la actividad cerebral, y la mayoría de las otras actividades. Esto quiere decir que fluctúa a lo largo del día y es siempre más alto después de haber comido alimentos con carbohidratos. Esto quiere decir que después del comer será un buen momento para ejercitarte.
En la noche tu cuerpo puede almacenar glicógeno, es decir que es posible despertar y entrenarse en la mañana antes de comer y aun así tener energía suficiente como para poder entrenar, pero es un escenario teórico. La mayoría de nosotros, especialmente cuando entrenamos duro y no comemos mucho, quemaremos nuestras reservas de glicógeno y como resultado perderemos fuerza y sentiremos como si nos hubiésemos golpeado contra una pared.
Para evitar problemas físicos relacionados con la falta de glicógeno y pensando en aquellos que solo pueden o quieren entrenar en la mañana, recomendamos comer un plátano, por ejemplo, antes de empezar a ejercitarse.
3. En la mañana con el estómago vacío: en la mañana, antes de comer, tu cuerpo se ve forzado a utilizar sus reservas de grasa a modo de energía, y puedes entrenar tu cuerpo para que sea eficiente al hacerlo, lo que es genial. Además estarás quemando grasa, lo cual suena aún más genial (aunque no es tan efectivo como quemar glicógeno, cuando se trata de perder grasa corporal). Es fantástico en teoría, pero no lo es si fuerzas tu cuerpo a una situación donde puedas llegar a colapsar.
4. En la noche, antes de acostarse: este momento del día es el último por una razón: a menos que sea realmente el único momento en el que puedas hacer ejercicios, debieses evitarlo.
Entrenar en este momento del día puede llevar a tener problemas de sueño, ya que el ejercicio influye en la melatonina,la hormona que regula el sueño, entre otras cosas. No es lo ideal, ya que el sueño es muy importante para la recuperación. Pero también hay casos de personas que duermen muy bien después del entrenamiento, por lo que ten en cuenta que si funciona para ti, puedes hacerlo, siempre cuidando la alimentación con una estrategia alimentaria de recuperación después del ejercicio.
Lo importante es tener en cuenta que cada cuerpo responde de diferente manera. Todos necesitamos ejercitarnos y la mayoría de nosotros puede comer mejor. Entre medio de estos hechos, hay muchas variables. Ejercítate cuando puedas y pon mucha atención a tu desempeño, luego, escoge tu momento del día preferido para entrenar basado en los resultados. Es así de simple.
Vía: BeachBody