Muchas veces hemos mencionado la importancia de las frutas en la dieta de las personas. Además de sus vitaminas, poseen una serie de propiedades nutritivas que ayudan a la recuperación de energías y a la reducción de dolores e inflamaciones durante y después de entrenamientos y competencias. Pero ¿es recomendable consumirlas a cualquier hora?
Un famoso dicho popular explica que hay que desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo. Si hubiera que explicar de alguna forma cómo consumir las frutas, esta frase explicaría perfectamente el cómo hacerlo.
Y es que la mejor hora para consumir frutas es la mañana. Comer frutas con cáscara al despertar ayuda a tener un desayuno nutritivo y a la vez nos permite limpiar nuestro organismo, debido a la presencia de fibra en la cáscara. Con ella también logramos una sensación de saciedad y contribuimos a la hidratación de nuestro organismo, debido al alto porcentaje de agua que contienen.
Es común considerar las frutas como postre y consumirlas inmediatamente después del almuerzo. La verdad es que lo mejor es consumir las frutas antes del almuerzo o un par de horas después. Esto porque debido al proceso digestivo perdemos la mayoría de los nutrientes que nos brindan cuando las consumimos después de almuerzo. Consumirlas como postre además suele ralentizar la digestión y causar molestias estomacales.
Las frutas también contienen fructosa, azúcar natural que el cuerpo convierte en glucosa y agua. Al no gastar esa energía después de consumirlas, tiende a acumularse en el cuerpo en forma de grasa. De ahí que no sea tan apropiado consumirlas antes de dormir, cuando gastaremos muy pocas calorías, pero sí a media tarde, cuando aún tenemos espacio para practicar alguna actividad deportiva o de gastar calorías realizando otras actividades cotidianas.
Su contenido de calcio, fósforo, hierro, hidratos de carbono y vitaminas hace de las frutas un alimento muy nutritivo que se puede aprovechar mejor si se sabe cómo consumirlo.
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