Descubrir en el running, una alternativa para perder peso, puede resultar como una solución milagrosa para muchas personas. La facilidad de ejercutarlo en cualquier momento y lugar, sin requerir mayor habilidad que la fuerza de voluntad, puede transformarlo en una adicción para muchos, pero ¿es siempre el running una alternativa saludable para bajar de peso?
La fisioterapeuta canadiense Diane Lee tiene una frase que grafica perfectamente esta situación. “No puedes correr para ponerte en forma, debes estar en forma para poder correr”.
Y es que a pesar de ser por lejos una de las actividades más efectivas para quemar calorías, no todos deberían correr. Esto debido al impacto articular propio del running que se produce en cada zancada y que podría, eventualmente, afectar a algunos ligamentos y tendones.
¿Cómo saber entonces si se está apto para practicar running? Hay muchos factores que pueden influir, uno de ellos es considerar por ejemplo si se ha practicado deportes con anterioridad. Si una persona practicaba fútbol, ciclismo, básquetbol u otro deporte que implicara correr, con anterioridad al running, probablemente el impacto no sea tal si se realiza responsablemente. Lo mismo aplica para las personas que van al gimnasio o desempeñan actividades de entrenamiento funcional como el crossfit.
Otro factor a considerar es justamente el grado de sobrepeso que posea la persona. Si solo se trata de un par de kilos de más, el running se vuelve una excelente actividad para perder peso. Si se trata de 10 o más kilos, probablemente se deban considerar otros ejercicios de menor impacto.
¿Qué otro factor considerar? Las señales del propio cuerpo. El dolor es una señal interna que deber ser analizada y escuchada. Así como no es sano ir al gimnasio una vez a la semana por dos horas y levantar todo el peso que no se levantó en la semana, tampoco es bueno correr un día sin parar como Forrest Gump, por muy motivante que suena la idea. La idea es ir progresando de a poco para evitar dolores y lesiones graves que impidan continuar con la práctica. Para ello es fundamental conocer el cuerpo, aprendiendo a reconocer dolores pasajeros propios de un entrenamiento intenso y dolores que puedan significar una lesión. Si un dolor de rodilla molesta hasta para caminar, será mejor parar y consultar a un especialista. Lo mismo sucede si un dolor se mantiene por varios días.
¿Significa esto que no se pueda correr? Esta es una de las preguntas más comunes de quienes se lesionan alguna vez (todos los que practican running), y ante la falta de una respuesta certera, muchos desisten de seguir corriendo para no exponerse nuevamente a un dolor o a un costoso tratamiento kinesiológico. La respuesta a esta consulta solo la puede dar un especialista en cada caso, pero lo cierto es que en muchos, en la mayoría de ellos, de hecho, sí se puede correr. Lo que se debe controlar es el calzado, la frecuencia y la intensidad, el terreno, y, por último, la distancia. ¿Se deben mantener estos factores fijos en el tiempo? No, por supuesto que pueden cambiarse ¿Es decir, alguien que nunca ha hecho deporte puede a los 30 años soñar con correr un maratón? Sí, pero debe hacerlo en forma progresiva y debe velar porque sus entrenamientos consideren sesiones de fortalecimiento, potencia y resistencia, entre muchos otros factores.
Así, correr puede ser una terapia efectiva para la pérdida de peso solo si se consideran factores como la fisiología del propio cuerpo, el historial deportivo de la persona, el peso y el dolor, factores que controlados pueden ayudar a que la práctica deportiva sea eficiente para estos fines.
Imagen CC Peter van der Sluijs.