A quien no le haya pasado ha tenido suerte o mucha precaución con los alimentos ingeridos. Lo cierto es que los problemas estomacales parecen querer estallar justo en los momentos menos indicados para un corredor: en las carreras. Por eso acá te contamos algunos tips para evitarlos, al menos en ese minuto.
1) Nunca pruebes nada nuevo antes de una carrera: Las carreras son para demostrar todo lo que sabes, lo que has aprendido y lo que has mejorado entrenando, no para probar cosas nuevas. Por más que te enfrentes a carreras de 21 o 42 km, nunca consumas algo que no hayas probado antes en algún entrenamiento, especialmente si no te has sentido mal durante la carrera.
2) No pruebes algo sin informarte antes: Conocer un nuevo tipo de gel o unas gomitas mágicas que te ayudarán a no estar cansado durante la carrera, puede ser útil para alguno de tus amigos, pero no necesariamente lo será para ti. Preocúpate de saber qué es lo que estás consumiendo o de al menos saber que es algo que viene de alguna persona que sabe de la materia.
3) Registra lo que comes: Escribe durante un mes lo que comes cada día y la hora a la que comes. Registra tu tipo de entrenamiento y las sensaciones después de cada uno de ellos. Esta información te ayudará a identificar qué alimentos pueden caerte mal o incluso ayudarte a tomar decisiones sobre planes nutricionales y suplementos alimenticios, entre otras cosas.
4) Revisa las etiquetas nutricionales: Acostúmbrate a averiguar cuántas calorías, cuántas proteínas, cuántas grasas y cuántos grasas trans contienen los alimentos que consumes. No es necesario que te aprendas las cantidades recomendadas de cada producto. En el supermercado, basta con comparar distintas marcas para darse cuenta de las diferencias nutricionales entre una y otra. Luego recuerda solo la marca de acuerdo a tus objetivos nutricionales (perder peso, ganar masa muscular, ganar peso, etc.).
5) Respeta la reglas de las tres horas: Siempre que vayas a correr intenta dejar un tiempo prudente para hacer la digestión, especialmente después de comidas completas (no snacks).
6) Intenta llevar un horario: Intenta seguir el mismo horario para tus comidas. Muchos problemas digestivos se arreglan cuando se sigue una rutina con un cantidad fija de comidas al día.
7) Evita el hambre y el exceso de comida: Ningún extremo es bueno. En línea con el consejo anterior, procura no pasar tantas horas sin comer ni comer todo de una vez. El cuerpo necesita tiempo para procesar los nutrientes de cada alimento ingerido.
8) Cena temprano: Procura cenar dos horas antes de dormir, consumiendo comidas livianas (verduras cocidas, ensaladas, yogur o frutas).
9) Controla tu cantidad de líquido: Por muy tedioso que suene no lo es. Contar la cantidad de vasos o tazas de líquido bebidas al día también ayuda a una buena digestión, ya que el exceso de líquido provoca molestias estomacales, especialmente cuando es consumido en grandes cantidades después de algún entrenamiento o una jornada calurosa.
10) Controla el consumo de café: Por muy buen estimulante que sea, beber café en grandes cantidades puede provocar hinchazón y otras molestias estomacales que pueden impedirte entrenar con normalidad.
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