Una buena manera de empezar el año es poniéndonos metas. Cuando comenzamos el año tenemos energías renovadas, podemos lograrlo todo, somos invencibles. Y la verdad es que esa alegría pasa, sigue el verano, los amigos te invitan a la playa y ponerse en forma o rendir más en el deporte, no parece tan importante. En medio de toda esa alegría, parece no haber un momento correcto para ponerse serio y pensar con claridad.
Pero luego de la emoción, es el momento perfecto para pensar en qué es lo que deseamos para este año, y en el caso que nos incumbe, qué queremos lograr con nuestro cuerpo para el periodo que se nos avecina. Y esta guía te va a ayudar a llegar a donde quieras:
1) Plantéate metas realistas: Lo más importante de las metas de fitness es que tenemos que ser realistas. Por supuesto que debemos retarnos a salir de nuestra zona de confort pero manteniendo los pies en la tierra. Por ejemplo: Si te cansas cuando caminas de tu cubículo de trabajo al banco o piensas que subir dos pisos en escaleras es una proeza de un Iron man, no te inscribas en un maratón. Para correr primero hay que caminar. Claro, esto no significa que nunca te puedas plantear correr una carrera, pero tómalo como una meta a largo plazo. Es más realista "En noviembre corro un 10K" que "a finales de febrero corro 8 Km en una hora" cuando todavía no has empezado a moverte. Otro factor importante es colocarse un número de metas que sea realizable. Es decir, si tienes solo 10 minutos para entrenar al día, pues sácales provecho, pero no te propongas verte las calugas a final de mes. Piensa que en esos 10 minutos vas a dar todo lo que puedas de ti y que cada día irás agregando más (levantándote más temprano, por ejemplo). Pero no es realista decir que vas a levantarte todos los días a la 5 AM cuando tu despertador suena a las 8 a duras penas.
2) Averigua cuál va a ser tu método: Todo se puede resumir en comer y hacer ejercicio. Pero qué comes, cuánto, dónde depende de factores que van desde los internos inamovibles (tu composición física, edad, altura, eso no lo puedes cambiar) hasta el gusto. Ahora hay mil y una manera. Puede ser que te guste la dieta paleo, o que quieras probar con una dieta orgánica, otros querrán bajar los carbohidratos. Tu alimentación tiene que depender directamente de lo que vas a hacer en el día. Es decir, si quieres tener combustible para hacer ejercicios, ir al trabajo y después a casa de la polola, comiendo lechuga y un batido en la mañana no bastará. Y sobre lo que vas a hacer, tienes que tener claro cuáles son tus metas: si lo que quieres es mejorar tu tiempo corriendo, ganar músculo, quemar grasa, ser más flexible o más rápido, etc.. La alimentación y el deporte van de la mano y cuando elijas el método para llegar a tus metas, tienes que tomar los dos factores en consideración.
3) Conócete: Cuando averigües tu método tienes que estar pendiente de cuáles son tus caídas y triunfos para saber lo que puedes o no puedes hacer. Si sientes que la privación total de ciertos alimentos no es lo tuyo, no busques una dieta que te prohíba comer todo lo que te gusta. Claro que si quieres quemar grasa y ganar músculo y comes pizza todos los días, a estas alturas sabrás que ese no es el método más conveniente. Pero una dieta que sea a base de pollo hervido, arroz sin sal y brócoli sin aliño quizás te vuelve loco. Por eso al elegir tu método tienes que saber qué te acomoda y qué puedes hacer de manera continuada en el tiempo, no solo por dos semanas. Y también con los entrenamientos, hacer ejercicio que a uno no le gusta es como ir a clases obligado. No verás progreso nunca. Sal de tu zona de confort de manera que tus entrenamientos te dejen cansado pero con una sonrisa en la cara.
4) Busca apoyo: Para poder poner en una línea todo lo que te hemos dicho anteriormente, quizás puedes hacerlo solo o quizás te puedes sentir un poco perdido. Son muchos factores y la verdad es que un guía puede ser muy útil. Algunas maneras de buscar apoyo las encuentras en:
- Foros: En Internet puedes encontrar más de un foro donde la gente, como tú, comparte ideas, miedos y comentarios. Muchas veces las dudas que tienen otras personas, son las mismas que tienes tú, o tu experiencia le puede servir a otra persona. Es solo cuestión de meterte online.
- Busca alguien con tus mismas metas: Si necesitas apoyo, no debes buscarlo en los lugares equivocados. Tu mejor amiga o amigo que no está interesado en correr, no es la persona que te va acompañar en el camino. No es que le tengas que dar la espalda, pero quizás no sea la mejor compañera para salir a entrenar a las 6 AM. Busca a ese amigo que también quiere ponerse en forma, seguramente vas a encontrar uno. Si no se pueden ver todos los días, utilicen los medios que tengan a la mano para darse ánimo. Whatsapp, Facebook, Twitter. La tecnología está de tu lado.
- Apoyo de los expertos: Puedes tener toda la información pero quizás no sabes cómo ponerla en práctica. Escoge cuál es el camino a tomar: un nutricionista, un entrenador personal, o hasta el consejo de tu médico de cabecera. Alguien que te dé una guía y que ponga orden al barullo de información que tienes en la cabeza. Así te será más fácil alcanzar tus metas.
Cuando ya estés listo, ¡combínalo todo! Usa todas las cosas que tengas a la mano para que puedas lograr lo que te propones. Es el momento y solo tú tienes el poder de decidir cómo y cuándo hacerlo.
Imagen CC MiamiFitnessTV