A veces pienso que se habría preguntado el tan conocido personaje de Shakespeare “Hamlet” si hubiera conocido los beneficios de la bicicleta. ¿Usar o no usar casco? He aquí la cuestión “¿Qué es más digno para el espíritu? sufrir los golpes y dardos de la insultante” posibilidad de colisionar y sufrir mayores daños o “¿tomar armas contra océanos de calamidades, haciéndoles frente”, sin protección?
Claramente es una exageración, pero no está de más si se trata de salvar vidas. Después de Navidad tengo la sensación de que la población de ciclistas aumentó. Creo que los duendes de Santa se olvidaron de fabricar un elemento fundamental de protección, el casco.
Desde la fecha hasta ahora me ha tocado presenciar al menos tres accidentes de novatos ciclistas que lamentablemente carecían de las medidas básicas de seguridad para su uso.
Cuando empecé a usar la bicicleta para el paseo de fin de semana, no usaba casco. Pensaba que usarlo era no confiar en mis capacidades para manejar una situación que eventualmente terminara en una caída. Pensaba eso hasta que me caí y peor aún con mi hijo. Afortunadamente ambos íbamos con casco y no íbamos a mayor velocidad. No obstante, el golpe en mi cabeza fue suficientemente fuerte para dejarme mareada unos minutos. Siempre he pensado cómo habría sido sin casco.
En nuestro país el uso de casco para usuarios en bicicleta se reduce sólo a las “zonas urbanas”. Así queda establecido en la ley de tránsito Nº 18.290, en su artículo 80. Sin embargo, cada vez son más los ciclistas que se atreven a pedalear sin este elemento en su cabeza y evidentemente nuestra primera impresión deja un tinte de irresponsabilidad de su parte.
Pero ¿Cuáles son los temas que surgen al momento de discutir sobre seguridad vial? Existen argumentos que avalan el uso de casco obligatorio como también existen argumentos que tienen un enfoque distinto y que tratan de derribar estos ya establecidos mitos sobre su uso.
Para los pro uso de casco, uno de los hechos más concretos es que, su uso, puede salvar vidas. Un estudio realizado en España por la Fundación MAPFRE-Ciclistas, llamado “Cascos y lesiones en la cabeza”, con el objetivo de valorar la importancia de las lesiones producidas en la cabeza estableció que en 16 de los 28 casos de ciclistas fallecidos analizados (el 57%) se consideró que la causa principal probable de la muerte había sido un traumatismo craneoencefálico (TCE).
La causa de traumatismo es clara: El 46% de las víctimas mortales NO utilizaba casco de protección, pese a que "se considera que su efectividad en el caso de accidentes mortales es menor que en otros tipos de accidentes, debido a la alta energía puesta en juego en la mayor parte de los accidentes mortales (se trata de accidentes en los que el vehículo a motor suele circular a alta velocidad)”.
Esta visión es apoyada por quienes argumentan que un buen casco de ciclista, solo puede resistir impactos de hasta 23Km/h y que si realmente queremos evitar los accidentes en ciclistas, la discusión debería centrarse en cómo mantener un entorno vial más seguro como por ejemplo, reduciendo los límites de velocidad.
No obstante, como falta mucho para que podamos alcanzar los niveles de uso de la bicicleta de Europa, donde existe una normativa pensada especialmente para dar preferencia a su uso y donde incluso el uso de este elemento no es obligatorio, creo que debemos adoptar este elemento como parte fundamental de nuestro viaje, ya que puede salvarnos la vida, tal como me salvó a mí y a mi hijo.
Aquí les dejo un video con indicaciones básicas sobre su correcto uso.
Imagen CC Ed Yourdon