Siempre se ha discutido sobre los verdaderos beneficios de la cafeína versus lo negativa que ésta puede ser para nuestro organismo. Sin embargo, hay consenso en que, si la vas a consumir, debe ser con moderación.
Pero ¿qué pasa cuando un deportista incluye la cafeína como parte de su vida? Un estudio español publicado en el Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism dio a conocer cinco razones por las cuales puedes beber café antes de entrenar. Estas son:
1. Mejora la circulación: un estudio japonés comprobó que las personas que bebieron café aumentaron su circulación sanguínea durante el entrenamiento en un 30%, en comparación a los que no tomaron esta bebida.
2. Disminuye el dolor muscular: consumir café, una hora antes de realizar 30 minutos de ejercicio intenso, reduce la percepción del dolor muscular, según científicos de la Universidad de Illinois.
3. Mejora la memoria: una taza de café ayudaría a recordar imágenes y situaciones, hasta 24 horas después que fue ingerida. Este descubrimiento, que fue realizado por la un estudio de la Universidad de Johns Hopkins, ayuda a quienes en sus entrenamientos deben recordar los ejercicios o rutinas específicas.
4. Preserva los músculos: en un estudio con animales realizado por los científicos del deporte de la Universidad de Coventry, encontraron que la cafeína ayudó a compensar la pérdida de fuerza muscular que se produce naturalmente con el envejecimiento.
5. Más energía muscular: una buena combinación de cafeína y carbohidratos hizo aumentar en un 66% el glucógeno muscular (energía), cuatro horas después de un entrenamiento intenso. Es decir, que ayuda a mantener una energía vital y a generar más fuerzas al momento de ejercitarse duro.
Pese a que estas 5 razones suenan maravillosas y podrían aportar a tu entrenamiento diario, se recomienda beber cafeína con moderación, es decir, hasta 6 miligramos por kilogramo de peso corporal para que te ayude pero con mínimos efectos secundarios.
Además, se recomienda incorporar la cafeína de manera saludable, ya sea en un café con leche de almendras o un batido de frutas en vez de que sea con crema y azúcar.
Finalmente, y no por eso lo menos importante, nunca dejes el agua de lado. Ésta debe ser tu principal fuente de hidratación.
Imagen CC Brian Cribb