A estas alturas de la vida, la mayoría de las personas saben que no hacer ejercicio es malo para tu salud, tu mente, y hasta tu vida sexual en algunos casos. Aún así, más de uno se echa al abandono y prefiere renegar la actividad física de su vida.
Si eres de ese grupo y todavía tienes dudas sobre lo malo que puede estar tu cuerpo al no hacer ningún deporte, lee esta lista, si le das check a varios, deberías empezar a moverte lo antes posible:
- Ando sientes la necesidad de hacer ejercicio, esperas a que se te pase.
- Al súper mercado te parece un entrenamiento de resistencia con obstáculos, pasar todos los pasillos y luego cargar las "pesadas" bolsas de víveres.
- Tu resistencia aeróbica es tan mala, que tomas una micro de tu casa al metro, que te queda a dos cuadras.
- Subir las escaleras es una proeza, y vives en un segundo piso.
- Compras bebidas en lata para no tener que cargar con el peso de una botella de dos litros.
- Siempre dices que el lunes empiezas a hacer ejercicio, pero nunca dices de que año.
- Cuando te preguntan qué disciplinas de ejercicios practicas para distraerte colocas "dormir" y "descansar".
- Sudar te parece que es un mal que sólo se debe dar en verano y no por actividad física.
- Sobre el ejercicio piensas que si estás sano, no lo necesitas y si ya estás obeso, puede ser peligroso para tu salud.
- Tu ejercicio favorito es el "espiritual" porque si otros salvan su cuerpo, tú estás salvando tu "alma".
- Para ti conversar es un ejercicio de la mente; el chisme es un mero ejercicio de la lengua
- Si no fuera por el hecho de que el televisor y el refrigerador están tan lejos, no harías ningún ejercicio en absoluto.
- Tus niveles de estrés son tan altos, que no les puedes sumar el estrés de hacer una rutina de ejercicio.
- Para ti las únicas bicicletas que funcionan, son las que tienen espacio para que coloques tus pies sin moverlos.
- Para ti el ejercicio es una palabra sucia. Cada vez que la escuchas te lavas la boca con chocolate para pasar el mal sabor.
- No sientes que estés gordo, sólo estás protegiendo tu cuerpo con grasa para el invierno.
- Tú no te sientes flojo, lo que tienes es participación selectiva en los deportes. Pero tu selección es siempre NO hacerlos.
- Hacer ejercicio de resistencia para ti es levantar las bolsas de papas fritas que se caen en el suelo cuando vez TV en el sofá.
- Cuando por fin decides hacer alguna actividad física, los ejercicios de calentamiento agotan tu energía.
- Sientes que una gran comida cuenta como un ejercicio. Siempre terminas sudando después de hacerla.
- Si hay escaleras mecánicas, las escaleras normales se vuelven invisibles para ti.
- Ves cualquier cosa que estén pasando en la TV con tal de no tener que buscar el control remoto.
- Agacharte para atar las trenzas de tus zapatos te parece tan complicado como hacer yoga
- La única manera de que te entren los pantalones es estando acostado, y ya eso es todo un ejercicio del que puedes salir lastimado
- Jugar con niños chiquitos requiere toda la fuerza interna que tengas y te sientes como participando en un triatlón, así sólo jueguen "juegos de mesa".
- Subir las escaleras es un maratón: Tienes la resistencia cardiaca de un viejito de 98 años, y cuidado que yo he visto algunos que todavía están duros.
- Te duelen los brazos limpiando: Si pasar una esponja en el baño y frotar el suelo hace que tus músculos se retuercen, tienes cero capacidad muscular.
- Estas muy grande para las montañas rusas: Y no hablo de "madurez" hablo que no pueden ponerte los seguros para que no seas una masa rodando a la velocidad de la luz en la atracción.
- Cuando estás en un estacionamiento, esperas que se desocupe el puesto que esté más cercano a la puerta, así tengas que quedarte horas en el carro para lograrlo.
- Tu camisa favorita se redujo mágicamente de talla: Todo el mundo tiene una polera que ama. Pero si un día te la pones y te queda pegada como de una talla equivocada, Huston we got a problem.
- Armar un mueble es una clase de crossfit: Claro que hay muebles que pesan más que un matrimonio obligado, pero si te cuesta demasiado estar agachado atornillando una pieza de madera a otra, hay algo mal en ti.