Siempre que comenzamos a practicar algún deporte nos fijamos metas o un objetivo, sin embargo, nos encontramos con la sorpresa de que conseguimos más de lo que esperábamos, descubriendo sorpresas y cosas acerca de nosotros mismos, de las que ni siquiera sabíamos que éramos capaces.
El Hockey, al igual que cualquier otro deporte, requiere de constancia y compromiso, es por eso mismo que ha dejado una gran marca en mi tanto física como emocional, y ahora les hablaré de los diez desafíos que enfrenté practicando este deporte.
1.- Aprender a trabajar en equipo
El hockey es un deporte que se trabaja necesariamente en grupo, por lo que con el tiempo tuve que ir aprendiendo a fortalecer mi relación con las demás integrantes, olvidándome un poco de mis metas personales, para centrarme más en lo que el equipo necesitaba de mí. Aprendí a compartir y no competir con las demás, formar una linda relación de convivencia, para así celebrar las victorias y darnos apoyos en las derrotas, creando incluso lazos que sobrepasan las horas de entrenamiento, formando amistades que han llegado a durar años.
También la habilidad de relacionarme con los demás, me ha servido para desenvolverme en otras áreas, por lo que cada vez que necesito trabajar en equipo, se respetar, escuchar y entender otras posturas diferentes a las mías.
2.- Mejorar la responsabilidad y compromiso
Al momento de entrenar y comenzar a practicar este deporte, comenzar a ir a partidos, es necesario el estar totalmente comprometida, tener en cuenta que no puedes renunciar a mitad de un campeonato o faltar a algún entrenamiento por flojera, atrasarse o no llevar los implementos. La constancia y el ser responsable con las cosas que tanto el entrenador, como la capitana del equipo indica es totalmente necesario, por lo que aprendí mucho de constancia y a ser responsable para no fallar las expectativas que el resto de mis compañeras depositaban en mí.
De pasar a ser una persona totalmente impuntual, pase a ser alguien que siempre llegaba un poco antes para hacer estiramientos o compartir con las demás, así mientras más se notaba mi compromiso, más me iba integrando como miembro oficial del equipo.
3.- Fortalecer y tonificar mis piernas
Trabajar la resistencia es una de las grandes ventajas que da este deporte, ya que el tener que permanecer en una posición constante y el correr, fortalece bastante las piernas y muslos, la cual se va notando a medida que pasa el tiempo. Me costaba bastante el encontrar fuerza a mis piernas, pero con el tiempo y ejercicio logré muchos resultados. Mejoré la velocidad y poco a poco, lograba el nivel de mis compañeras. Cada día que pasaba los ejercicios se me hacían más sencillos, mis piernas parecían ir tomando fuerza y mi velocidad aumentaba, incluso es gratificante el escuchar comentarios positivos del entrenador al respecto. También me sirvió para no cansarme al dar largas caminatas y estéticamente las piernas firmes se ven mucho mejor.
4.- Mejorar mi resistencia física
En un comienzo era bastante cansador el realizar los entrenamientos y se me hacía de cierta forma rutinario y hasta aburrido, lo único que quería era jugar y nada más, sin embargo, al pasar el tiempo me fui dando cuenta que todo lo que hacía era en beneficio para mejorar mi juego. Empecé a controlar mejor mi respiración, no me cansaba tanto y podía rendir más de un cien por ciento en la cancha, creo que agradezco el tener el aliento de las personas que me rodeaban para no darme por vencida y así de ser alguien que no podía correr media hora seguida, pase a hacerlo sin problemas de respiración, bastante bien.
5.- Bajar de peso y aprender a llevar una vida saludable
Mi principal objetivo cuando quise comenzar a practicar
hockey fue bajar de peso, no obstante, esto paso a segundo plano a medida que
pasaba el tiempo, si bien bajé de peso y mi figura fue fortaleciéndose tal y
como yo quería, aprendí que la importancia está en llevar una vida activa y
saludable. Cambié bastante mi dieta e incluso dejé las bebidas azucaradas de
lado, aprendí a llegar una vida más sana, a cuidar y apreciar mi cuerpo.
6.- Manejar mejor mi tiempo
Empecé a jugar Hockey cuando ingresé a la universidad, por
lo que de inmediato tuve que comenzar a aprender en cómo arreglar mi tiempo
para las clases, estudiar, entrenar, salir, para todo deben alcanzar las horas,
y es por eso que practicar este deporte me ayudó mucho a organizarme y
ordenarme como corresponde, dando el tiempo necesario para que alcancé para
todo.
7.- Aprender a superar barreras
Como se imaginarán es bastante complicado el lograr estar al mismo nivel que otras personas que llevan practicándolo por más tiempo, es por eso que con el tiempo fui superando barreras que tenía en un principio, por lo que gracias a esto fui aprendiendo a mejorarme y creer que con esfuerzo y trabajo todo es posible. La motivación de mis compañeras y el ambiente facilitaba mucho la superación de las cosas que me proponía.
8.- Valorarme a mí misma
Parte importante de trabajar en equipo e ir superando cada una de mis metas, me ayudo para quererme más, valorar y creer que soy capaz de lograr lo que quiero. También el disminuir de peso y mejorar mi condición física fue ayudando con mi autoestima, por eso que el realizar un deporte es tan importante, porque comienza a formarte integralmente, tanto en los conocimos del Hockey, como en valores y como persona.
9.-
Olvidarme de los prejuicios
Cuando comencé a entrenar, tenía una idea un tanto prejuiciosa de las mujeres que practicaban Hockey, sin embargo, fue cambiando a medida que pasaba el tiempo e iba conociendo personas maravillosas que amaban tanto este deporte como yo, es increíble como la vida te cambia. Aprendí a no juzgar a la gente por lo que hace o por cómo se ve, haciendo que se me sea mucho más fácil el relacionarme con los demás, no temiendo a hablarles o relacionarme.
10.- Dejar de lado las preocupaciones
Y por supuesto que gracias al Hockey pude desconectarme del mundo, olvidarme lo que me preocupaba y distraerme, dejando de lado los estudios, preocupaciones, problemas amorosos o familiares, centrándose solamente en competir, entrenar y dar todo de mi por el equipo. De verdad que este deporte me sirvió para superar enormes tristezas, distraerme cuando más lo necesitaba y llenar mis días de alegrías.
Como podrán darse cuenta, el practicar algún deporte no nos ayuda solo de forma física, sino que también emocional, es un complemento para enriquecer nuestras vidas y convencernos de que somos capaces de cumplir nuestros objetivos. Ya sea Hockey o cualquier otro, es importante el tener claro lo que queremos, entregarnos por completo y dejar que con el tiempo todo vaya mejorando.