Es el hombre más rápido en la historia y eso ya basta para que cualquiera pueda admirarlo. Pero yo como runner y fanático del atletismo, de esos que intenta no perderse un segundo de la transmisión de los Juegos Olímpicos o las ligas de diamante, vibro cada vez que lo veo en alguna carrera de 100 metros planos.
Todo partió cuando yo iba en séptimo básico y un día la profesora nueva de Educación Física se paseó un día por la sala ofreciendo un taller gratuito de atletismo. Yo en ese tiempo no practicaba ningún deporte, salvo un poco de fútbol y cuando escuché la idea me gustó.
Arica era y sigue siendo una ciudad con poca modernidad: no tiene malls, hay un solo cine y las multitiendas escasean, pero sí posee un estadio creado por la desaparecida Junta de Adelantos de Arica para el mundial del ´62, y ese estadio posee pista de recortán para la práctica de atletismo. Afortunadamente, el Carlos Dittborn es aprovechado por varios entrenadores entre los que destaca Emilio Ulloa, multimedallista y poseedor del récord chileno de los 3000 metros con obstáculos desde 1984, el segundo más antiguo del atletismo nacional después del Salto Triple. Por supuesto, también es aprovechado por los atletas. En ese entonces destacaban algunos velocistas entre los 15 mejores nacionales, una lanzadora de disco ubicada entre las tres mejores y los marchistas olímpicos Edward y Yerko Araya. La competencia era férrea, pero yo desde que escuché a esa profesora soñaba con hacer velocidad. Y así estuve entrenando 5 a 6 días días a la semana, a veces con gente y a veces solo durante 3 años, hasta que tuve que irme a vivir a Iquique y dejar el atletismo.
Pero el fanatismo siguió y en Beijing 2008 me quedé pegado al televisor para ver competir a los tres mejores velocistas de la historia: Asafa Powell, Tyson Gay y el favorito, Usain Bolt. Para muchos fanáticos como yo, las características de esa competencia por los corredores y por la transmisión planetaria pronosticaban un posible récord mundial de la prueba madre, los 100 metros planos. La mejor marca de ese entonces era propiedad de Bolt con 9.72. En la primera fase, Powell clasificó a la final con 9.91, Bolt hizo lo propio con 9.85 y mucha comodidad y sorpresivamente Gay fue eliminado. En la final "el rayo" cumplió y volvió a batir el récord del mundo con 9.69, dándose el lujo de frenar antes de llegar a la meta. Al año siguiente Bolt pulverizó nuevamente su marca con 9.58.
Londres 2012 fue otro escenario de éxitos para el atleta de 1,96 m., en que logró transformarse en el primer velocista el ganar el oro en 100 y 200 metros planos en dos olimpiadas consecutivas. También consiguió junto al equipo de Jamaica el oro y el récord de mundo en la prueba de relevos 4x100 con 36.84 segundos.
En 2013 el plusmarquista lanzó su autobiografía en la que cuenta parte de su vida privada, la relación con sus padres y su éxito con las mujeres tras los Juegos Olímpicos de Beijing.
Bolt comentó hace unos días que se concentrará en batir su récord de 200 metros planos, su prueba favorita, en la que actualmente posee la marca de 19.19 y anunció su intención de retirarse para los Juegos Olímpicos de 2016. "Creo que será un buen momento para retirarme, en la cima y después de dominar por tanto tiempo", expresó.
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