Alguna vez aceleraste el paso porque ibas atrasado a alguna parte, pero sin llegar a correr. Sin duda lo hiciste. Caminar rápido es una técnica milenaria que permite a los casi deportistas ir a una velocidad mayor sin cansarse en exceso.
Bueno, lo que antes parecía ser un método para evitar los atrasos, ahora también es un tipo de ejercicio físico que está haciendo fama en todas las personas que, por diversos motivos, tienen complicaciones para practicar el running, por ejemplo, gente de la tercera edad.
Conocido como Power Walking, este ejercicio consiste, obviamente, en caminar rápido, y ayuda a evitar el sobrepeso y a prevenir problemas cardíacos a futuro, siendo una excelente opción para todo tipo de personas: mujeres y hombres; adultos y niños.
Para que este ejercicio sea efectivo, no basta solamente con salir a caminar y ya está. Hay muchos otros factores que afectan al Power Walking, como la postura corporal, nuestra respiración, y en especial, el tiempo que realizamos el ejercicio. Entre 45 y 60 minutos son el tiempo ideal para hacer este ejercicio, pero la gracia es que durante estos minutos no se pare de caminar rápido en ningún momento.
Esta rutina permite quemar calorías y grasas igual que el running, haciendo que nuestro cuerpo funcione a un 60-70% de la frecuencia cardíaca máxima. Además, supone un desgaste físico menor, obviamente por la leve exigencia.
Otro beneficio del Power Walking proviene de la postura con la que practicamos este ejercicio. Según el sitio Vitonica, existen tres posiciones básicas que caminar rápido sea efectivo: hombros atrás y abajo, cabeza arriba y pecho arriba.
"Llevar siempre la vista al frente, a unos dos metros de nosotros, para evitar arquear la zona cervical, o alejar los hombros de las orejas son gestos que debemos corregir mientras caminamos, y que poco a poco acabaremos incorporando de forma correcta", indica el sitio.
Para apoyar el ejercicio, una práctica recomendada es la de hacer cambios de ritmo y velocidad para acelerar la frecuencia cardíaca y posteriormente recuperarla. Ejemplo de esto es dedicar 1 minuto a caminar a velocidad normal, para luego retomar el Power Walking, creando repeticiones.
La revista VOGUE también tuvo palabras para este ejercicio, afirmando que “ayuda a prevenir el infarto de miocardio, contribuye a eliminar problemas de sobrepeso y además fortalece la musculatura”. Todo esto con respaldo científico, obviamente. La revista publicó en su nota que un estudio del journal de salud Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology, afirmaba que correr reduce el riesgo de hipertensión en un 4,2 % y caminar en un 7,2 %. En cuanto al riesgo de colesterol alto, correr supone una reducción de ese riesgo en un 4,3 %y caminar en un 7%.
Ustedes ¿Qué opinan del Power Walking? ¿Creen que sea un ejercicio efectivo para quienes no disfrutan o no pueden practicar el running? Esperamos sus comentarios