Claro está, que para nadie es un agrado lesionarse o peor aún, fracturarse, pero todos los que hacemos deporte sabemos que estamos expuestos a esta situación. Yo por ejemplo, me he esguinzado varias veces, y no por eso he dejado de hacer actividad física.
Si de fracturas se trata, también tuve una, fue hace años atrás, pero la recuerdo muy bien. Esta me ocurrió cuando jugaba handball por la Universidad, específicamente cuando fuimos a jugar a Viña. Les detallo:
Era el primer torneo del año, asi que estábamos muy emocionadas, más aún porque era fuera de Santiago. Ese día con el equipo nos propusimos ganar, así que con mucho entusiasmo salimos a la cancha. No recuerdo el nombre del equipo oponente, pero sí que eran muy fuertes...
Ya iniciado el juego cada una hacia lo suyo. Todo iba "tranquilo" hasta que una jugadora cae encima mío, algo muy normal en este deporte, el problema fue que todo el golpe y peso se lo llevó mi pie, y este se me fue para adelante (hacia el cuerpo). No hubo gritos, ni llantos de mi parte, sólo garabatos. En ayuda llegó mi entrenador, basicamente a ver si estaba viva, porque mucho no podía hacer.
El hielo de nada sirvío, el pié estaba muy hinchado... no había mucho por hacer, más que devolverme a Santiago a verme el tobillo.
Al día siguiente, ya en la cuidad, fui a urgencia. En el lugar me sacaron radiografías y evaluaron mi pié. La verdad que no tuve que esperar mucho, el diagnóstico era claro, tenía una fractura y debía inmovilizar el tobillo. A pesar de la situación tuve algo de"suerte" , porque cuando esto ocurrió ya -casi- no se ocupaban yesos, por lo que me pusieron una "bota inmovilizadora" las cuales son mucho más cómodas e higénicas.
Como toda fractura debía estar mucho tiempo en reposo, pero esto no lo cumplí. Eran tres semanas en reposo, y sólo estuve 10 días "descansando". Tampoco cumplí el dormir con la bota. En resumen, hice todo lo que el doctor me prohibió. En mi defensa les comento que esto no fue de rebeldía, fue de desesperación, pero mi impaciencia me hizo pagar, porque significó que mi recuperación fuese mucho más lenta.
Transcurrido el mes, me quitaron la bota y comencé con Kinesiología. Había que rehabilitar mi tobillo que era una "pata de lana". En la terapia tuve trabajos localizados, masajes con agua caliente, y ejercicios. Todos esos me ayudaron mucho a avanzar con la lesión y a afirmar el pie.
Cuando terminé de ir a kine, mi tobillo aún estaba muy débil, tenía claro que con tan sólo una zancadilla, se me "rompía el pie". Me demoré mucho en volver a jugar, y sentirme segura, sumado que volví antes a jugar. Como precaución y por mucho tiempo me vendé el tobillo y me limité a jugar menos de lo normal hasta estar bien.
Reconozco que fui bastante irresponsable durante todo el proceso de recuperación, pero no me salió gratis, ya que quedé con esguince crónico, en resumen con "pata e' lana" para siempre.
A modo de consejo, les recomiendo ser súper rigurosos si se fracturan. Es importante cumplir con los tiempos de reposo, asistir a kine y esperar lo que sea necesario para volver a jugar.