Comenzó así: Discutí con un ex novio, me enojé mucho y si iba directo a casa solo me desquitaría con quien encontrara en ella. Entonces, caminé. Y no un par de cuadras, lo hice desde Providencia hasta Barrio Brasil. Entre avenidas y pequeñas calles, música ad-hoc y un par de recuerdos que debía olvidar, caminé hasta mi departamento sin siquiera sentirme cansada. Y me sentí feliz por tres cosas: una porque había olvidado el mal rato, dos, no sentía ni cansancio ni dolor de pies y, tres, me ahorré el metro, aglomeración y mi bip quedó intacta.
Decidí hacerlo una vez a la semana, asegurándome de caminar mínimo 30 minutos, manteniendo un ritmo constante. No era una caminata asociada a mirar tiendas o detenerme. Es una caminata reflexiva pero agradable. Sin pensar en la distancia sino en el ejercicio que estaba haciendo.
Sin tiempo para ir al gimnasio, o sin las lucas para poder pagarlo, la caminata me pareció el mejor método para hacer ejercicios en invierno. Y aunque la tentación de tomar el metro solo porque podía capear el frío, caminar seguía ganándole a cualquier otro transporte público y, aunque sus beneficios son múltiples, a mí me importaron especialmente cinco de ellos:
1. Mente feliz: Sí, a pesar de las penas, conflictos en la pega, temas por resolver, caminar mejora la capacidad cognitiva, es decir, el cerebro está más activo, por lo tanto, más relajado para trabajar. El ánimo se mantiene positivo, el maldito estrés se reduce y la fuerza es tal que, si estamos pasando por un período de depre, podrá aminorarse.
2. Huesos firmes: Las mujeres tenemos huesos débiles, lamentablemente así salimos, el calcio nos faltará en algún momento, sobre todo post maternidad (no es mi caso aún), pero el tema de huesos y calcio es nuestro tema. Caminar fortalece nuestra densidad ósea.
3. Celulitis: No se acabará solo porque caminamos, si comemos chocolates, por ejemplo, pero los depósitos de celulitis algo sufrirá, o sea, paren de estar ahí, y,si caminamos varias veces a la semana y de forma firme (apretando estómago y trasero) deberíamos tener un efecto en esta indeseable capacidad de la mujer.
4. Sexo: Los estudios dicen que el ejercicio contribuye a mejorar el deseo sexual. Caminar nos puede servir entonces para una mejor satisfacción en la intimidad.
5. Quemar calorías: Aunque depende del peso corporal, distancia e intensidad, la quema de calorías si es factible si tenemos conciencia de que es un ejercicio el caminar. Podemos usar calculadoras para calcular cuántas calorías quemamos por distancia,
Ahora bien. Yo camino tres veces a la semana, pero porque se ha convertido en un desafío: puedo calcular la hora de llegada, evito el metro, fortalezco mi cuerpo, pero también contribuyo a mi calidad de vida: medito, siento que mi cuerpo se mueve y modifica, y es gratis. En el último tiempo lo he compartido con amigas que también se sienten motivadas y sí, donde vaya llevo un par de zapatillas que favorezcan la caminata.