Mi gran ídolo deportivo: Nairo Quintana

Hector Sánchez Sep 28, 2016
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El ciclismo de ruta siempre ha sido dominado por europeos y es uno de los deportes más difíciles del mundo. Por eso Goga Ruiz lloró mientras narraba la victoria del colombiano Nairo Quintana en la etapa 20 del Tour de Francia 2013, luego de que dejara colgados en el ascenso a Froome y a otros ciclistas de élite. Yo también derramé algunas lágrimas de emoción. Era una victoria parcial, es cierto, pero lo ubicaba en el segundo puesto de la general y le daba los títulos de campeón de la montaña y campeón de los jóvenes. Nada mal para un debutante de 23 años en la carrera ciclística más importante de su categoría.

Desde entonces empecé a seguirlo. Su talento es excepcional y su carácter y determinación son inquebrantables; ha corrido enfermo, lesionado y en medio de insultos y codazos, pero siempre entrega todo por cruzar la meta. Su arrojo es igual al de la keniata Hyvon Ngetich que terminó la Maratón de Texas gateando y a la cual admiro profundamente. Pero más allá de eso lo considero mi gran ídolo por las siguientes razones:

1. Su historia de vida

Varios expertos coinciden en que es el mejor escalador del mundo. Y creo que esa condición se debe a que le ha tocado pedalear cuesta arriba desde su nacimiento. No le han regalado nada. Todo lo que ha conseguido se lo ha ganado con esfuerzo, talento, voluntad de hierro y el incondicional apoyo de su humilde familia.

Lo primero que tuvo que hacer fue escapársele a la muerte. Al nacer sufrió una extraña enfermedad conocida en Boyacá (Colombia) como el “tentado del muerto”: alguien que tuvo contacto con un cadáver le tocó el estómago a doña Eloísa –madre de Nairo- y le contagió al feto los males del alma del difunto, los cuales casi siempre llevan al enfermo a la muerte antes de cumplir los tres años. No sé si creer en estas teorías o no. Pero lo cierto es que padeció de bajo peso, diarrea crónica y otras dolencias como la expulsión de sangre al toser, orinar o defecar, y los médicos no fueron capaces de sanarlo. Lo hizo una yerbatera de la región, con infusiones de agua hervida con cogollos de hierbas, arracacha y tierra de la montaña.

Su familia no era pobre. Pero tampoco tenía comodidades ni podía permitirse lujos. Eran campesinos. Vivían del cultivo y venta de verduras. Y a los siete años, cuando su padre Luis Quintana sufrió un accidente automovilístico y quedó discapacitado, Nairo Quintana tuvo que empezar a realizar distintas trabajos para ayudar con la manutención del hogar. Así lo hizo siempre, alternando entrenamientos con trabajos como agricultor o taxista.

Tenía 12 años cuando tomó la decisión de usar la bicicleta para ir al colegio, ubicado a 21 kilómetros de su casa. Una todo terreno pesada y de ruedas anchas fue su medio de transporte durante cinco años. Sin ser muy consciente de ello, ya entrenaba su mente, organismo y músculos más importantes para ser ciclista . A veces con su hermana Lady trepada en la barra, o con la bicicleta de alguno de sus hermanos amarrada a la suya, para halarla en los ascensos más pronunciados, donde los carros debían ascender en segunda marcha.

No tenía grandes pretensiones. Hasta que se dio cuenta de que sin mucho esfuerzo podía mantener el ritmo de los ciclistas que entrenaban por esas carreteras que él transitaba. Tenían bicicletas de carbono con ruedas pisteras e innovaciones tecnológicas que ni se imaginaba que existían, pero con ka suya se mantenía a rueda y en las pendientes más duras los dejaban atrás. Como el hombre de carácter que es fue y le dijo a su papá que quería ser ciclista, que tenía las condiciones para serlo.

-Claro mijo. Yo lo apoyo en lo que sea –le dijo, sin imaginarse hasta dónde iba a llegar su hijo, que en ese entonces ni siquiera sabía cuál era la postura correcta para andar en bicicleta.

2. Sus logros

Han sido varios los triunfos internacionales. Pero los más importantes son:

  • Tour de l’Avenir (2010): Mientras lo corría, sufrió insultos y escupitajos de ciclistas europeos que dejaba atrás. No le importó. Les demostró que el ciclismo de ruta lo gana el más fuerte, no el más grosero
  • Giro de Italia (2014): Empezó mal por una caída y un ataque de bronquitis, pero se ubicó primero en la general al ganar la decimosexta etapa.
  • Campeón de la vuelta a España (2016): Su desempeño fue brillante. El único que le hizo competencia fue Fromme.
  • Podio 3 veces en el Tour de Francia (2013, 2014, 2016): No ha conseguido el campeonato. Pero es el primer sudamericano en ser subcampeón de esta carrera.

No sé si se vaya a convertir en una leyenda del ciclismo. Tal vez no, tal vez sí. Pero lo cierto es que lo que ha logrado el colombiano Nairo Quintana, lo ubica entre los mejores del mundo y el mejor de la historia latinoamericana. Sólo tiene 26 años, en un deporte donde el tope máximo de rendimiento se alcanza entre los 29 y los 32.