Años de sedentarismo crean hábitos que son difíciles de cambiar, pero es posible con una buena actitud y metas claras ¿Mi primera preocupación? Tener una condición física más saludable.
Lo que partió como una alternativa deportiva –una más del montón- mi hizo entrar en una rueda de vida sana que hoy me mantiene absolutamente feliz.
Acá te cuento de mis motivaciones y lo que he logrado gracias al running.
1.- Mejorar mi capacidad pulmonar
Cuando comencé con la práctica del running no era capaz de subir las escaleras por más de tres pisos. Jadeaba a más no poder.
La respiración profunda era algo que no existía para mí.
A medida que empecé a correr, mi cuerpo exigía que tuviera una nueva técnica para respirar correctamente y así tener mayor oxigenación. Esto me ha llevado incluso a mejorar mi postura física y siento como estos dos factores –correcta respiración y correcta postura- favorecen mi energía en el día a día.
Por otro lado, abandoné un mal habito que me perseguía durante años, el cigarrillo. Si bien era solo una fumadora social, la practica del running me obligó desecharlo por completo ya que mi cuerpo no lo toleraba.
2.- Desarrollar mayor resistencia
Siempre fui de las personas que se cansaba bajando las bolsas del supermercado.
Al momento de jugar con los niños ni hablar, mi mejor panorama eran los juegos de mesa. El deporte al aire libre le ha entregado resistencia a mi cuerpo, una capacidad de permanecer más tiempo realizando actividades que antes no existía en mí. La motivación y la sorpresa que esto genera en mí es tanto, que ya me olvidé del ascensor y disfruto de mi nueva capacidad mejorando día a día.
Por otro lado he podido sumarme a otras actividades deportivas como el trekking, que antes estaba totalmente descartado para mí ¡Claro! si no era capaz de caminar unos metros sin tener puntadas.Irme de camping y disfrutar de todas las bondades del entorno se ha transformado en un panorama al que sí me puedo sumar y disfrutar.
3.- Regalar tiempo exclusivo para mí
Esto era una de mis metas más importantes. Quería realizar una actividad –leer, pintar, cocinar, cualquier cosa- que me regalara tiempo exclusivo. Algo en lo que sólo me preocupara de mí. Sin cumplir horarios, sin recoger a nadie, sin comenzar o terminar en un lugar específico. Un espacio exclusivo.
Y lo conseguí. Me siento agradecida y sin culpas, de poder regalarme una hora – a veces un poco más- para dejar de lado las obligaciones y poder disfrutar con una práctica tan sencilla como el running. A medida que pasa el tiempo he conocido nuevos amigos con los que compartimos momentos después de las corridas o nos inscribimos juntos en ciertas actividades, pero al final del día tengo claro que este es un momento perfecto solo para mí.
4.- Desconectarme de los asuntos del día
Conecto mis audífonos y empezó la función. Lo único que tengo en mi cabeza durante ese momento es la música, el ritmo de mi respiración y el paisaje que me rodea.
Cuando comencé a correr lo hacía sin música, pero era muy fácil para recapitular el día anterior, analizar cada momento, preguntarme cómo pude haber hecho las cosas de mejor manera, recordar mis pendientes y cuánto tiempo me quedaba para realizarlos. Fue así, que decidí conectar mi música y poner off a todos los pensamientos que me preocupaban durante el día.
Tener una clara sensación de estar viviendo el momento presente me relaja tanto, que llego con más energía a mi casa y por supuesto con mucho mejor humor.
5.- Balancear mi alimentación y la de mi familia
Esta situación me preocupaba mucho cuando comencé a correr. Llegó un momento en que abría mi refrigerador y había más gaseosas que frutas.
Pasó el tiempo y fue necesario buscar la manera inteligente de recuperarme después de las maratones y con el transcurso de los días junto a mi pareja descubrimos que era momento de volver cocinar.
Si, la falta de tiempo y el cansancio diario nos tenía adictos al delivery y cualquier tipo de comida rápida.
Ya con el libro de cocina en mano todo se hizo más fácil y a la hora de realizar las compras teníamos claro que alimentos no queríamos volver a ver en nuestro hogar. Conocí las porciones correctas que debe tener cada plato, los horarios en los que debemos comer y cómo debemos organizar nuestra dieta según nuestras necesidades calóricas. Este cambio de hábito llegó sin que lo esperar a–no lo tenía como meta al principio- pero vino de la mano del deporte y me tiene absolutamente feliz.
6.- Fomentar la práctica de deporte en mis cercanos
Sí, al principio pensaban que lo hacía por moda, por bajar los kilos de más o incluso por llamar la atención. Pero una vez que mis amigos comprendieron que mis razones tenías mayor relación con la salud y con una verdadera necesidad de moverme se dieron cuenta de que no estaba jugando y ¡mejor aún! Los resultados se estaban notando. Mayor energía, un cuerpo más saludable, una actitud más positiva. Cuándo estás bien por dentro tu cuerpo lo expresa y es así como me transformé en la mejor promotora deportiva de mi círculo. Algunos de ellos ahora van al gimnasio, otros se animan con el fútbol, varios se sumaron a running, en fin ya somos muchos los que optamos por un estilo de vida más saludable.
7.- Constancia y disciplina
Es fácil desmotivarse cuando ves que las cosas no andan bien.
Te empiezan a doler los músculos, una elongación mal hecha te deja abatida por varios días, el poco tiempo, la lluvia, el calor, la noche el sol…Así empiezan los problemas, desde los más relevantes a los más irrisorios. Luego te vas dando cuenta que son solo excusas.
El deporte te motiva a luchar por esa continuidad, la sensación de bienestar que logras después de una corrida, hace que valga la pena posponer otros asuntos y dejar de lado lo que interfiere entre tú y tu práctica. Cuando dejas de lado las excusas comienzas a ver los resultados y luego de eso tendrás conciencia de lo que estás logrando y que ya no hay minuto para dejarlo.
8.- Apreciar cada momento de mi día
Con tantas cosas por hacer las horas se hacen pocas y la decisión de entregarme un tiempo para realizar la práctica de algo que me apasiona me hace valorar cada momento que pasa.
Las horas en mi trabajo, el desayuno con la familia, las salidas con los amigos. Todo. Todos los momentos que llegan a mí los recibo con energía y con la disposición de aprovecharlos al máximo.
Esta actitud de agradecimiento constante me lleva a otra situación, mirar la vida con optimismo y de esa manera sentirme feliz.
9.-Desarrollar una visión positiva de mí
No es que no tuviera amor propio o algo por el estilo, pero conseguir todo esto que he logrado me sorprendió y enorgulleció.
Ser un referente deportivo para mis conocidos y sobre todo para mi familia es una fuente de satisfacción que te motiva más.
Me siento orgullosa de haber partido de cero sin tener ninguna noción de técnica o algo por el estilo, pensado que solo se trataba de correr. Después de un tiempo fui aprendiendo e informándome para dar exigir mi cuerpo al 100%, la participación en competencias me ha hecho conocer gente en la misma situación que comparte sus experiencias y te entregan tips...¿Puede creer que ahora mí me piden consejos de running ? Wow, eso no estaba en mis planes, pero me satisface poder aporta en algo que es tan positivo como una práctica deportiva.
10.- Tener una “condición saludable”
Esta debería estar en primer lugar, porque cuando comencé a correr ese era mi principal objetivo. Decir adiós al sedentarismo y comenzar a moverme por una vida más saludable ¿lo conseguí? Claro que sí, pero nunca pensé que sería a este nivel.
No solo mi cuerpo está más fuerte, tonificado y con mejores índices de salud, conseguí algo que no esperaba le dije adiós al estrés,. Con la practica constante del running he ido liberando tensiones, me he regalado espacios para relajarme y vivir de manera más consciente sobre el aquí y el ahora, la tensión que antes era parte del día a día ha desaparecido poco a poco consiguiendo un equilibrio emocional.
Lo que comenzó como una necesidad por una condición física más saludable, se trasformó en algo que revolucionó mi vida y me entregó mucho más.
Corro 5 veces por semana, normalmente después de comer con mi familia, con eso basta para que mi rutina de vida se haya transformado y el día de hoy pueda decir que definitivamente el running ha mejorado mi vida en todos los aspectos y un protagonista de mi día a día.