Según el ranking de la WTA, Serena Williams actualmente es la tenista número dos del mundo. Pero para los estadunidenses y la mayoría de aficionados que realmente sabemos de este deporte, es la número uno, no sólo del planeta sino de toda la historia del. Por eo es mi ídolo del tenis, uno de los deportes más completos, duros y beneficos para la salud. Y aunque sé que no poseo su talento, ni su disciplina, y que voy a la cancha a jugar con otras amateurs que, al igual que yo, siempre serán amateurs, en ocasiones me imagino compitiendo contra ella, dándole la mano, diciéndole “en verdad, no he visto nadie mejor que tú; gracias por este juego”.
Nació en Norteamérica y fue forjada paso a paso por su padre, amigo y entrenador Richard Williams, a quien le debe en gran medida ser la estrella que es. Él la entrenó muy bien y la dirigió por el camino indicado con la única esperanza de que ella y sus hermanas lograran salir de la miseria en que vivían. Aunque lo que puntualmente la convierte en la mejor de la historia es la precisión y fuerza que imprime en cada uno de sus golpes de raqueta, acompañados de feroces gritos de victoria y una velocidad descomunal. Su talento es indiscutible e innato. Su primer torneo lo ganó cuando apenas tenía cuatro años y medio de edad, y antes de cumplir los 10, ya había obtenido el primer puesto en 46 de los 49 torneos junior que había disputado. Es como la Lionel Messi del tenis.
Logros deportivos
Ahora tiene treinta y cinco años y ha logrado el doble de lo que muchas tenistas desearían conseguir en sus carreras profesionales para sentirse satisfechas. Entre todos sus galardones cabe destacar los siguientes:
- Ser clasificada como tenista número 1 durante más de 270 semanas.
- Campeonato mundial de la Federación internacional del tenis (2009).
- Ganadora de 3 Grand Slams consecutivos: Roland Garros, Wimbledon y el US Open (En el año 2002, el más brillante de toda su carrera).
- 3 Oros Olímpicos en dobles. Sídney 2000, Pekín 2008 y Londres (2012), todos en compañía de su hermana Venus.
- 1 Oro olímpico en individuales (Londres 2012).
- 38 títulos de Grand Slam (22 en individuales, y 14 en la categoría dobles (junto a Venus) y 2 en dobles mixtos (junto a Max Mirnyi),
- 23 títulos WTA Tier 1.
- 5 WTA Tour Championships.
- 2 Copas Hopman. (2013).
- Campeona mundial del 2015, título que la Federación Internacional de Tenis (ITF, por sus siglas en ingles), le entrega a los mejores del año.
Estos son sólo algunos de sus triunfos más importantes, porque durante toda su vida se ha destacado con la raqueta en la mano y, aunque no ha sido imbatible, siempre ha destacado en todos los eventos que ha participado. Para mencionar todas sus grandes victorias necesitaria más de dos páginas.
Creo que sus méritos deportivos son más que suficientes para considerarla un ídolo. Sin embargo, sumado a ello está la parte humana de la deportista. En ella destaca su aptitud positiva para enfrentarse a las adversidades. Serena Williams creció en una humilde casa de un suburbio de los Ángeles y, a diferencia de la mayoría de tenistas del mundo, no entrenaba en un club privado con los mejores instructores del país, sino en las canchas públicas de Compton, con su padre y hermanas.
Ha tenido que soportar el racismo imperante en Norteamérica y hacerle frente con victorias que paralizan a todo el país, como aquel primer Grand Slam que la convirtió en la segunda afroamericana en ganarlo, después de que Althea Gibson lo hiciera en 1958. .
También tuvo que padecer el dolor de perder a su hermana mayor, Yetunde, luego víctima de un asesinato en Compton, aquel suburbio de Los Ángeles donde crecieron. Y muchas lesiones que la han alejado de la cancha durante tiempo considerable. Pero todo eso parece fortalecerla, así como las derrotas en finales importantes, porque siempre reaparece cargada de la mejor energía y con su nivel en peldaños tan altos que varios adversarios se han atrevido a acusarla de dopaje o de pertenecer al sexo masculino y hallarse disfrazada, obviamente sin pruebas ni argumentos contundentes.
Es la mejor. La admiro. Y Me gustaría que algún día alguna de mis hijas logrará ser como ella, aunque por ahora no saben más allá de unas cuantas técnicas y de las mejores opciones a la hora de comprar una raqueta.