A la hora de hacer running a veces hay que dar preferencia a que el espacio en que correremos esté libre de acceso abierto en lugar de que sea infinitamente extenso. Personalmente, al menos para mí eso es más relevante y en palabras simples, me acomoda más. En especial si es un espacio rodeado de árboles naturales, pasto verde y mucho aire puro.
Mi ruta favorita para correr es el Parque San Borja. Encontré este bendito lugar gracias a que este año me cambie de departamento a uno en Santiago Centro por razones laborales, y en medio del ajetreo diario, la constante contaminación, la congestión tanto vehicular como humana, etc., se me hizo bastante difícil dar finalmente con un buen lugar para salir a correr de vez en cuando. Primero lo intenté en las calles, evitando siempre la Alameda, aunque infructuosamente ya que la gente es mucha (y también lo son los paraderos de Transantiago) y siempre terminaba chocando con más de algún peatón. Recién a las ocho o nueve de la noche se puede salir, ya que el flujo de santiaguinos a esa hora comienza a disminuir.
Es así como llegue un día a este parque que está en Portugal con Marcoleta, cerca del metro Católica. No pensé de principio que este lugar fuese propicio para correr, ya que el espacio es pequeño y no diseñado para hacer running por la calidad del suelo (en su mayoría tierra y pasto), pero pronto descubrí pronto que es ideal.
La ruta es corta pero permite varias vueltas. Mi hora preferida para ir son las mañanas, esa es la razón de por qué no me acomoda correr en las noches. Entre nueve a once am., no suele haber mucha gente en él por lo que trotar se hace fácil. Mi cosa favorita sin embargo, son los árboles, que proporcionan aire limpio para tus pulmones y sombra durante todo el día para protegerte del sol cuando hace calor.
Llevo siguiendo esta ruta cuatro meses durante al menos tres veces por semana, y me he dado cuenta de que no soy la única que busca este parque para hacer running. Hay ocasiones (especialmente los días feriados o fines de semana en la tarde) en que un grupo de corredores se reúne para dar unas cuantas vueltas en conjunto, aceptando a quienes se les quieran unir. Eso me parece super positivo, ya que de esa forma este pulmón verde de Santiago aumenta sus posibilidades de convertirse en un paradero obligatorio para quienes siguen esta disciplina o simplemente para quienes buscan realizar un poco de ejercicio al aire libre.
El parque está abierto para todo el público durante mayor parte del día, incluso desde muy temprano, aunque en la noche tengo entendido que cierra sus puertas debido al lamentablemente incidente ocurrido con el joven Daniel Zamudio hace años atrás. Ciertamente esta zona no solía ser muy segura anteriormente a ello, sin embargo ahora ese aspecto ha mejorado bastante.
Si tuviera que cambiar algo de esta ruta que he escogido como mi favorita, quizás la haría un poco más larga para no tener que repetir la misma vuelta. Esto no me importa mucho sin embargo, ya que como mencioné, es preferible, al menos para personas como yo, un espacio oxigenado y libre antes que una pista de miles de kilómetros.