Tener metas es tener sueños, es reconocerse como un ser trascendente en la vida de nuestros familiares, amigos y comunidad. Tener metas es el deseo de dejar tu huella en el mundo.
Nuestras metas vitales pueden ser impulsadas por valores y principios que obtenemos de otras actividades que pueden ser consideradas pasatiempos. En este caso les voy a hablar de las metas que he logrado conseguir gracias al deporte del ultramaratón.
1. Dejar la vida sedentaria
Mi trabajo secular consiste en permanecer 8 y hasta 10 horas sentado mirando una computadora 5 días a la semana. Rutina que me llevaba en mis días de asueto a procurar un descanso mental mediante actividades triviales, que no me imponían ningún tipo de reto, ni intelectual ni fisico. Solo buscaba la distracción de mirar televisión, estar navegando en la internet en las redes sociales, por lo que necesitaba un estímulo para dejar ese tipo de vida.
2. Mejorar mi condición física
De joven me encantaba el fútbol, podía pasar horas y horas practicándolo porque me gustaba inventar nuevas jugadas, nuevos dribbles, nuevos tiros, fintas, cuando esprintar, cuando detenerme. Me invitaron a un partido de fútbol después del trabajo de oficina y por supuesto que fui, creyendo que existiría la misma magia de antes, pero mi pobre condición física me impidió disfrutar algo que era realmente hermoso en mi rutina diaria.
3. Mejorar mi salud en general
A mis 40 años tuve que aceptar que venía la fase de someterse a estudios clínicos por la cuestión de los cambios que el organismo va enfrentando debido a un menor ritmo del metabolismo, digestión más lenta, acumulación de grasas de los alimentos que ya no era tan fácil desechar, y antes de presentarme a estos estudios decidi que debia tener algun tiempo ejercitándome en alguna actividad deportiva que ayudará a presentar indicativos de buena salud.
4. Ejercitar mi paciencia
Era evidente que los resultados no iban a ser acelerados sino al contrario, muy lentos debido a mi falta de ejercitamiento físico y el notorio deterioro de mi condición general. La paciencia tuvo que ser mi fiel compañera para no apresurar las cosas y no desesperarme por no ver los progresos que ya deseaba ver en un momento. Sin darme cuenta la paciencia la desarrollé también en mis actividades laborales y mis relaciones personales.
5. Seguir un programa
Organizar un plan de trabajo, revisarlo, corregirlo, ser flexible con los cambios que tuvieran que hacerse, pero en su esencia continuarlo porque era lo único que podía darme la fuerza, la agilidad, la potencia que ahora necesitaba con el fin de enfrentar los entrenamientos duros y tener las condiciones necesarias para finalizar las competencias en las que me inscribía.
6. Ejercitar la disciplina
Domingo carrera larga, lunes descanso, martes trote continuo, dejar los alimentos fritos, grasosos, moderar y en algunos casos eliminar el consumo de sodas y dulces en general. ¡Qué tremendo imponerse a las comodidades que te exige el cuerpo! Debía mantener la concentración porque las distracciones me llamaban a continuar haciendo lo que había repetido durante tantos años.
7. Enfrentar prejuicios
¿Has oído hablar de la crisis de los 40? Siempre escuchas que cuando llegas a esa edad te vuelves un adolescente con la diferencia que ahora tus audacias se ven ridículas, y de alguna forma te pones a pensar en qué va a decir la gente cuando me vean corriendo a paso de tortuga sin ninguna aspiración a tener logros deportivos de tiempo o distancia. Debes aprender a no hacer caso de miradas burlonas y de comentarios a tus espaldas.
8. Enfrentar miedos
Avanzar hacia lo desconocido donde no tienes una experiencia previa para las situaciones peligrosas que pudieran presentarse como pueden ser esguinces de tobillo, dolor en rodillas, mala respiración, problemas cardiacos. No falta el pensamiento negativo de si esto no me va a resultar en un perjuicio en vez de lograr beneficios
9. Persistir en la adversidad
Te disciplinas, sigues un programa, empiezas a ver logros, en un mes ya estás corriendo 5 kilómetros sin detenerte, quieres pasar a 10 y elevas a un entrenamiento más fuerte pero te lesionas y debes parar y perder el progreso que habías logrado hasta ese momento. Sigues persistiendo en tus objetivos en la recuperación y tratas de mantener una actitud positiva cuando estás estancado por culpa de una lesión.
10. Autorrealización
El ultramaratón te enseña que no hay nada que te propongas que no seas capaz de hacer. Hay miedos, hay situaciones desconocidas que no has vivido, pero tu estado mental y espiritual después de correr 65 kilómetros te vuelven invencible y no renuncias a ningún sueño o aspiración que ahora tengas porque sabes que siguiendo un programa con disciplina y paciencia, lograrás enfrentar todas esas voces que te dicen no lo hagas, no podrás, vas a fracasar. El ultramaratón te hace enfrentar cualquier situación con una mentalidad a prueba de todo.
El logro de estas metas en mi deporte me hacen proponer mejorar todos mis entornos en los que me desenvuelvo procurando en todo momento el logro de objetivos de todo tipo.