Los beneficios del running han mejorado mi calidad de vida. Un deporte que me ha enseñado la importancia de poner en práctica la fuerza de voluntad. Existen diez grandes metas que logré. ¿Cuáles son estos retos alcanzados?
1. Aprendí a ser constante en la adquisición de un hábito, a no tirar la toalla ante las primeras dificultades. Por ejemplo, la pereza o la sensación de falta de tiempo. El entrenamiento es el mejor modo de integrar una rutina saludable en el estilo de vida.
2. He comprendido que el deporte no solo produce beneficios positivos a nivel corporal sino también, a nivel mental. Me ayuda a ser positiva, me siento más alegre, tengo un estado de ánimo más estable, estoy más conectada en el presente, tengo menos ansiedad... He alcanzado la meta de cuidar mi mente buscando el equilibrio físico espiritual.
3. En ocasiones sentía cómo mi autoestima quedaba afectada por posibles situaciones difíciles. Sin embargo, el running me ha enseñado una de las máximas más importantes en mi filosofía de vida presente: "Querer es poder". Al menos, cuando se trata de dar el primer paso ante un objetivo sin poner excusas que alimentan el autoboicot.
4. Las dificultades para conciliar vida personal y laboral también han incrementado mis niveles de estrés en algunas etapas. A través del running he logrado reducir de un modo natural este sentimiento, mejorando además mi descanso nocturno. Y a su vez, este descanso también ha fortalecido mi nivel de concentración en el trabajo. Por tanto, siento que vivo una vida más ordenada y con una mejor gestión del tiempo.
5. A veces, pasaba mucho tiempo viendo la televisión durante mi tiempo libre. Y desde que practico running siento que aprovecho mucho más las tardes en un fin mucho más constructivo y saludable. Pero además, mientras que la televisión no me ayudaba a desconectar de mis preocupaciones, por el contrario, el deporte me ayuda a ocuparme de mis asuntos en lugar de preocuparme por ellos antes de hora.
6. Como consecuencia del exceso de trabajo, había momentos en los que tenía la sensación de no tener tiempo para estar con mis amigas. Y el running se ha convertido en una afición que comparto con una de mis mejores colegas. A través del deporte también disfruto de la amistad y del refuerzo de motivación que es compartir un itinerario en compañía de otra persona. Por tanto, también he aprendido el valor del compañerismo que es vital en el trabajo. Es decir, el significado del equipo no solo puede analizarse en el contexto competitivo sino también, en la oficina donde la colaboración es básica para alcanzar el bien común.
7. A través del running he aprendido algo muy importante en mi vida: los verdaderos límites, esos que me bloquean, no están en la realidad sino que están en mi mente, en la forma en la que me hablo a mí misma. A través de la práctica del running supero nuevas metas que nunca pensé lograr cuando mi estilo de vida era más sedentario y pensaba que a los quince minutos de correr estaría agotada. No vivo esta disciplina con ningún tipo de presión deportiva, sino como un entretenimiento de mi tiempo libre que me permite centrarme en mí
8. Siempre he sido una persona perfeccionista y exigente consigo misma. Sin embargo, el deporte me ha enseñado que lo más importante no es llegar el primero a la meta, ni ir más rápido por puro efecto de la prisa, lo que importa es disfrutar del camino. Al menos, a mí me gusta esta metáfora de la felicidad que me ha enseñado a vivir mis días con una mayor atención plena.
9. Ya no tengo miedo al qué dirán. Ya no me comparo con otras personas. He aprendido que mi verdadera evolución parte de mi propio proceso personal. Y el running me ha enseñado a superarme con diversión. Pero también, me ha enseñado a reconocer mis propios límites y a detener el paso cuando es necesario. Al igual que he aprendido a levantarme después de una caída. En mi caso, no se trata de correr más o correr más rápido sino de disfrutar.
10. Una de mis metas personales era la de salir de mi zona de confort y romper la rutina. El running me permite lograr este objetivo cuando improviso rutas para correr, cambio el horario en el que hago ejercicio físico o también, cuando decido ir al cine en lugar de hacer deporte en lunes. Cada día de running es distinto y esta es la verdadera esencia de la ausencia de monotonía.
Las zapatillas de running son un símbolo de la superación personal. El deporte cambió mi vida y también puede transformar tu historia. ¿Te animas a emprender esta aventura?