Entrar en un correcto plan alimenticio no es nada fácil, este requiere sacrificio y fuerza de voluntad. Muchas veces debemos retenernos cuando estamos rodeados de personas que consumen una variedad de comidas que contienen un alto aporte calórico. Es que las ganas y necesidad de tener un cuerpo fornido nos lleva a instalarnos en gimnasios o hacer dietas y, en muchos casos, ambas.
Cada vez que comenzamos con una, lo primero que imaginamos es: ¿qué puedo comer? y ¿qué no? Pues acá surge la interrogante: ¿por qué cuando hacemos una dieta dejamos de lado los carbohidratos?
En primer lugar, debemos tener claro cuáles son. Según lo que se entiende, estos son unidades estructurales de azúcares y pertenecen a uno de los tres macronutrientes que deben estar presentes en nuestra alimentación (grasas, proteínas y carbohidratos). En nuestra vida diaria lo encontramos esencialmente en el pan, las pastas, arroz y bebidas.
Aun no se ha establecido con claridad el porqué un plan alimenticio con bajo aporte de carbohidratos podría ayudar a perder peso. Sin embargo, muchos afirman que al ser menor la cantidad, perder peso se vuelve más fácil.
Los hidratos de carbono generan insulina, lo que provoca un aumento de la capacidad de almacenamiento de grasa en el cuerpo. Durante la digestión, se absorben en el torrente sanguíneo en forma de glucosa y en respuesta, el páncreas produce insulina, una hormona que abre la puerta a las células del cuerpo, permitiendo que entre la glucosa. Y, ¿qué tiene que ver esto con la pérdida de peso? Principalmente porque la liberación de insulina después de una comida alta en carbohidratos, genera un cierre de la quema de grasa, mientras que el cuerpo utiliza la glucosa de los carbohidratos para la obtención de energía.
Mientras más azúcar, mayor el nivel de dependencia, por eso, reducir el consumo de estos alimentos ayuda a disminuir los antojos y ansiedad. Sin embargo, para muchos puede sonar doloroso y casi imposible. Es por eso que existe un método bastante eficaz y consiste en aumentar las proteínas. Estudios demuestran que esto ayuda a sentir saciedad durante largos periodos de tiempo, provocando una atenuación en su ingesta. Otro estudio demostró que el consumo de un desayuno rico en proteínas (alrededor de un 40%) provoca una disminución en los antojos de alimentos durante la tarde y la noche.
Si tu propósito es reducir los carbohidratos, es importante tener en cuenta que no todos son dañinos. Por ejemplo, podríamos optar por algunos de mayor "calidad" como frutas, verduras, cereales integrales, entre otros. También, evitar los más refinados como el pan blanco, los dulces y las pastas.
Recomendaciones para una dieta baja en carbohidratos:
En primer lugar, concéntrate en la calidad de los alimentos: si vas a dar inicio a un régimen que te ayude a bajar de peso, preocúpate de que las proteínas sean nutritivas como cortes magros de carnes, aves y pescados. También lácteos bajos en grasas, huevos, sardinas, semillas de lino, nueces, entre una infinidad de productos.
Es importante controlar el tamaño de las porciones. Por muy saludable o bajo en calorías que pueda ser un alimento, no servirá de nada si no logras comerlo con moderación.
Un dato importante es que debemos mermar el consumo de carbohidratos refinados: harina y pan blanco, azúcar, refrescos, caramelos, cereales azucarados. Estos deben ser reemplazarlos por fibra como verduras, frutas bajas en azúcar, granos enteros y porotos. Obtener suficiente fibra es súper importante para la pérdida de peso.
Lo principal es seguir una dieta balanceada y no racionarla solamente en proteínas, ya que siempre debe haber un equilibrio. Lo importante es saber qué comer y no abusar de ningún alimento.
Vía: blog.myfitnesspal