No hay duda que las vacaciones son el periodo más deseado del año. Empieza diciembre y de inmediato imaginamos una cuenta regresiva para dar inicio al verano, olvidándonos de todo el estrés que vivimos en la cotidianidad. Sin embargo, sucede que dejamos de lado las rutinas de ejercicios que normalmente hacíamos. Es que al estar rodeado de playa, asados, fiestas y descanso, nuestra mente se acostumbra a la pereza, y al momento de volver a la realidad, abandonamos nuestros ejercicios o no logramos mantener el nivel que teníamos.
Para empezar, es importante tener en mente que nuestro cuerpo ha perdido la resistencia. Los huesos y músculos han disminuido el ritmo, por lo que es relevante empezar con calma. No hagas las mismas rutinas, es aconsejable empezar con progresión, ya que si no te encuentras preparado, podrías sufrir una lesión.
Es probable que los primeros días empieces a tener dolores musculares, esto porque tu cuerpo ya no está tan preparado como antes. Por eso, tienes la obligación de alimentarte mejor. Si quieres mezclar tus ejercicios con una dieta, preocúpate de mantener un equilibrio alimentario, ya que su carencia te podría afectar. Si sientes calambres trata de consumir plátano. Si empiezas a presentar dolores que antes no sentías, es aconsejable que consultes a un especialista para que te haga una evaluación.
Al igual que nuestro cuerpo, la mente se acostumbra a la inactividad y nos puede parecer un poco desmotivante volver a hacer nuestras rutinas. Es por eso que debemos establecer un plan antes de hacer deportes o ir al gimnasio. En primer lugar, escribe en una hoja alguna actividad que requiera un gasto físico como una maratón, salir en bici con amigos o caminar trayectos largos; estos pueden ser una buena alternativa. Lo importante es cumplirlo, tener disposición y, sobre todo, querer hacerlo.
¡Busca un entorno agradable! Sentirse cómodo es ideal, pues un espacio tranquilo ayuda a concentrarte mucho más. Si piensas retomar tu entrenamiento, puedes dirigirte a un parque o zona abierta con áreas verdes. También, inscribirte en algún taller de tu agrado que te exija un gasto calórico como fitness, crossfit, zumba, karate, voleibol o fútbol. Si te falta motivación, puedes decirle a un amigo que vaya contigo en alguna de estas actividades, al estar acompañado, se vuelven menos aburridas y no nos sentimos tan solos. El gimnasio también es una opción, aunque no es la más recomendable, debido a la monotonía que posee, así que si ya te inscribiste en uno, es importante contar con un buen preparador físico, no solo para que te enseñe bien cómo hacer las rutinas, sino que además te entregue motivación.
Una alternativa para hacerlo más grato es elegir un horario que te acomode. Todos somos distintos, descubre cuál te conviene, pues a algunos se les hace más fácil durante la mañana y otros que simplemente funcionan de noche. Trata de que se adapte a tus actividades. La idea no es perjudicar tus rutinas habituales del día.
La actividad física es importante para la salud, por lo que si estás de vacaciones y tienes pensado regresar pronto a casa, toma en cuenta al menos uno de estos consejos.