Hace poco más de un mes, tres amigos amigos me invitaron a hacer trekking por el Salto de Apoquindo, ubicado en el Parque Natural Aguas de Ramón. Yo, si bien no tenía suficiente experiencia en esta actividad, accedí encantada. Nos habían comentado que era un lugar muy bonito visitado, no sólo por deportistas, sino también por familias, principiantes e incluso colegios. Por lo tanto, no podía ser algo tan difícil. Después de todo ¿qué tan malo es caminar?
Antes de relatarles mi experiencia, debo confesarles que mi actividad física es de media a baja. Por lo tanto, no estaba preparada para un trayecto como este. Primer grave error.
Recuerdo que cuando llegó el día, partimos un poco atrasados, llegando allá a las nueve AM. Fue por esto, que el guía del parque nos sugirió rutas más cercanas, ya que se estima que una persona, cuya actividad física es media, podría tardar en llegar al Salto entre cuatro y cinco horas. Considerando que el horario tope para visitar esta pequeña cascada es hasta las 13:30 hrs, probablemente no alcanzaríamos. Sin embargo, porfiados y con la seguridad por las nubes, decidimos ir igual.
El comienzo fue bastante relajado. La ruta era plana y casi no habían subidas. El paisaje era bastante bello, incluso vimos algunos animales como caballos y perros así que en general, y hasta ese momento, todo bien.
A medida que avanzábamos veíamos cómo se alejaba la capital y cómo se convertía en una nube de humo negra.
Dos cosas que recuerdo muy bien y que me marcaron fueron: la amabilidad de las personas y los letreros que indicaban la distancia que habías recorrido. Ahora les contaré más detalles acerca de eso.
Es raro que en un lugar todas, pero todas las personas se dirijan amablemente a ti con un "hola". Sin embargo, esto fue lo que sucedió en el parque. La gente te saluda con tanta normalidad que luego tú tiendes a hacer lo mismo. Es como un código entre los amantes del trekking que va incluso más allá de tu nacionalidad (hay muchos, pero muchos turistas).
Por otro lado, estaban los letreros. Al principio me parecían divertidos, desafiantes y motivadores. Sin embargo, y cuando ya llevaba más de tres horas caminado lo único que deseaba era que los números de esos letreros avanzaran lo más rápido posible.
Mi poca experiencia haciendo trekking y mi nula preparación física contribuyeron a que, pasadas unas horas, mis piernas ya no pudieran más. Pero continué, no sé cómo, y supongo que para no arruinar el panorama de mis tres amigos, continué, sin pensar ni mirar el paisaje, continué. Ya ni hablaba, sólo caminaba y esperaba que al fin pudiéramos encontrar la salida del túnel o el pozo en el desierto
Otro error que hizo aún peor mi jornada fue el no llevar suficiente agua ni alimentos. De hecho, tuvimos que abastecernos en unas vertientes que encontramos durante el camino, de lo contrario, moriríamos deshidratados. Así que un consejo que no deben olvidar jamás a la hora de adentrarse en una larga caminata es llenar sus mochilas con suficientes botellas de agua y frutas.
Cuando ya llevábamos cerca de cuatro horas caminando, pudimos al fin ver la salida del túnel. Me sorprendía que a esa distancia la gente aún podía subir y bajar las cuestas corriendo. Obviamente estaban mucho más preparados que yo.
A lo lejos se veía la cascada, pero debíamos bajar hasta una vertiente y luego volver a subir. Eran las 13:00 hrs. Continuamos nuestro trayecto mucho más motivados hasta que se acerca una mujer, bastante pesada por lo demás, y nos dice "ya no pueden pasar, se acabó la hora". No lo podíamos creer. Habíamos caminado más de cuatro horas, cuatro horas de hambre, de fatiga, de calor y nos prohibían el ingreso. Yo pensé que era una broma, pero luego la mujer comenzó a echarnos para que regresáramos al inicio.
En ese momento tuve mucha rabia. Concluí que todo está prohibido, incluso se nos prohibe la naturaleza. Luego, y más relajada, entendí que es un lugar protegido y, por lo tanto, se resguarda la seguridad del sector. Sin embargo, nosotros también cometimos muchos errores como: no prepararnos físicamente, no llevar suficiente agua ni alimentos y subestimar el trayecto. Por otro lado, es ideal que si desean llegar hasta el Salto de Apoquindo comiencen su trayecto a las ocho de la mañana, de lo contrario, podrían sufrir una suerte similar a la de nosotros.
El lado positivo fue que aprendimos la lección y que para una próxima experiencia similar sé que tendré que practicar bastante, porque efectivamente el trekking no sólo es caminar. Además rescato mucho el paisaje, pues de verdad es muy bello y la gente muy amable. Si les gusta la fotografía, no olviden echar su cámara a la mochila ya que tendrán infinitos planos para guardar entre sus recuerdos.