No todos los aceites vegetales son creados de la misma manera, ni tienen las mismas propiedades: aquí les mostramos los más importantes para añadir a la dieta.
Extraídos de las aceitunas, nueces y otras plantas, los aceites vegetales suplen las grasas esenciales más importantes, junto con un montón de nutrientes y otros componentes fortalecedores de la salud. Aquí les mostramos una guía donde escogimos los mejores aceites para satisfacer tus necesidades culinarias y de salud.
Palta
Prensado de la fruta completa, este versátil aceite es ideal para cocinar al fuego (freír, saltear, y hornear). Como el aceite de oliva, el aceite de palta es rico en grasas monoinsaturadas saludables y vitamina E, que ayuda a proteger las células de tu cuerpo del envejecimiento y enfermedades relacionadas, como el cáncer. Los estudios muestran que cuando se utiliza en aderezos para ensaladas, el aceite de palta ayuda a activar la absorción de carotenos y otros nutrientes de los vegetales.
Canola
Este popular aceite es extraído de una planta que es prima de la mostaza. El aceite de canola es muy rico en grasas monoinsaturadas (que según estudios, ayuda a disminuir los niveles de obstrucción de las arterias) y provee de una pequeña cantidad de omega 3. Muchos estudios muestran que el uso periódico de este aceite para cocinar y aderezar ayuda a disminuir los índices de enfermedades cardiacas. Y gracias al alto punto de humeo y a su sabor neutral, este aceite es versátil en todo tipo de preparación.
Coco
El aceite de coco no procesado (a menudo llamado virgen) tiene un sabor a nuez, como el coco. Es muy rico en grasas saturadas (incluso más que la mantequilla) razón por la cual el aceite de coco es sólido a temperatura ambiente. Provee de algunos antioxidantes que vienen de la carne del coco mismo, y algunos estudios muestran que algunas grasas saturadas como la del aceite de coco, pueden ser menos nocivas para los niveles de colesterol en la sangre. El sabor de este aceite lo hacde ideal para algunas preparaciones dulces, o para saltear verduras.
Pepa de Uva
Este aceite puede calentarse a altas temperaturas antes de humear. Es además excelente para las ensaladas o para hacer “infusiones” (agregar hierbas como el romero, salvia o incluso ajo a una botella con aceite de pepita de uva para darle un toque distinto). Este aceite es rico en omega 6, y algunos estudios han demostrado que sustituir grasas saturadas como la mantequilla por este aceite, lleva a disminuir los niveles de colesterol y aumentar los niveles de colesterol bueno.
Oliva
Los historiadores especialistas en comida dicen que la humanidad ha estado usando el aceite de oliva desde el 5000 A.C. El aceite de oliva extra virgen se hace del primer prensado de las aceitunas, y es rico en fenoles llamados hidroxitrirosol y oleuropeína. Estos componentes antioxidantes dan al aceite su bello color verde y sabroso sabor. Además al parecer combaten las inflamaciones que pueden llevar a enfermedades coronarias y destapa las arterias. Es mejor no cocinar con este aceite a temperaturas muy elevadas, (al hacerlo, se alteran los componentes fenólicos y pierde su sabor). Disfrútalo en salteados de verduras, sobre la pasta, o como aderezo para ensaladas.
Sésamo
El aceite oscuro de sésamo está hecho de las semillas tostadas de sésamo antes de la extracción del aceite, lo cual acentúa el sabor. Este aceite provee de un montón de antioxidantes y grasas mono y poliinsaturadas. Con un sabor muy particular (fuerte) el aceite de sésamo se convierte en un gran aliado para la cocina india y asiática, así como también para aderezos y salsas.
Nuez
Este aceite tiene un delicado pero perceptible sabor, y es mejor añadirlo en pastas o aderezos para no opacar su distintivo sabor. El aceite de nuez posee una mezcla de grasas mono y poliinsaturadas (con una cantidad decente de omega 3). Sin embargo, es muy susceptible a ponerse rancio (oxígeno, luz, calor pueden dañar sus atributos nutricionales) por lo que es mejor almacenarlo en un recipiente oscuro en el refrigerador.
Vía: Runnersworld