Puedes sentir los cambios tan pronto como das el primer paso en el pavimento. El corazón bombea, los músculos se tensan, y la respiración se acelera. Afortunadamente, ese sentimiento no dura mucho. Diez minutos después, esa sensación de shock se pasa y te sientes tan cómodo como ir caminando.
El cuerpo en movimiento se mantiene en movimiento. Pero más allá de la simple inercia, ¿qué es lo que en realidad está sucediendo dentro del cuerpo cuando comienzas a moverte? Investiguemos.
Cuando comienzas a ejercitarte, cada parte de tu cuerpo trabaja en conjunto, haciendo que algunas partes se “apaguen” y otras trabajen más duro. Un buen ejemplo es que el corazón comenzará a latir más rápido para bombear sangre a los músculos, al tiempo que el estómago se ralentizará porque la digestión no es prioridad en el cuerpo en ese momento. Además, el cuerpo trata de lograr tres cosas principales:
* Aumentar el flujo de oxígeno
* Eliminar los desechos metabólicos
* Eliminar el calor
Como resultado de tratar de hacer que estas tres cosas ocurran, el cuerpo crea algo llamado ATP, conocido científicamente como adenosina trifosfato, que es la base de la función para tu cuerpo y nos ayuda a entender qué sucede desde ahí. Dependiendo del tipo de ejercicio que se esté haciendo, el cuerpo caerá en uno de estos estados:
* Sistema de fosfágenos
* Sistema del ácido láctico/glicógeno
* Sistema de respiración aeróbica
Veamos:
Sistema de fosfágenos: en este estado, cada una de tus células posee suficiente ATP para durar de 5 a 15 segundos. Esto es crucial porque ayuda a reaccionar inmediatamente a cualquier situación, como por ejemplo salir arrancando o dar un golpe. Esperamos que nunca tengas que estar en esa situación, pero conforta saber que el sistema de fosfágenos estará ahí cuando lo necesites. Dentro de aquellos primeros segundos de movimiento físico intenso, tu cuerpo está listo para reaccionar.
Según el doctor Jason Karp, “un ejercicio efectivo para este sistema es realizar sprints cortos y muy rápidos en la trotadora o bicicleta que duren de 5 a 15 segundos con 3 a 5 minutos de descanso entre cada uno.
Sistema de Ácido Láctico/Glicógeno: ya que 5 a 15 segundos de movimiento físico se consumen rápidamente, tus músculos también tienen una reserva llamada glicógeno. El glicógeno está compuesto de una cadena de moléculas de glucosa. Desde ahí, toma 12 diferentes reacciones químicas para crear ATP, un proceso muy lento que dura alrededor de 90 segundos. El ejercicio realizado en este sistema es “anaeróbico”, porque no se requiere oxígeno. Este estado puede durar mucho debido al aumento de ácido láctico, una “quemadura” común que se siente en el primer minuto de movimiento de alta intensidad. Los sprints son los que más usan este sistema.
Karp dice del glicógeno: “Este sistema puede ser entrenado usando intervalos rápidos de 30 segundos a 2 minutos con un periodo de recuperacin activa el doble de largo que el periodo de trabajo (proporción 1:2 trabajo-descanso).
Sistema de Respiración Aeróbica: después de estar trabajando unos dos minutos y una vez que tu cuerpo se da cuenta que no te detendrás muy pronto, va hacia la respiración aeróbica y responde con oxígeno. Esto es lo que ayuda a descomponer la glucosa en dióxido de carbono y agua. La glucosa está disponible a partir del glicógeno de los músculos, a través de la corriente sanguínea, y desde los alimentos en los intestinos. La respiración aeróbica te permite ejercitarte por mucho más tiempo que los primeros dos sistemas, reuniendo su energía de los carbohidratos, grasas y (sólo si es absolutamente necesario) de las proteínas.
Muchos de nosotros usamos nuestros sistemas aeróbicos cuando nos involucramos en ejercicios largos, pero si lo que buscas es un plan específico de entrenamiento, Karp nota que “el sistema aeróbico puede entrenarse tanto con ejercicio continuo como con intervalos.”
Con ello en mente, tu cuerpo sabrá naturalmente qué sistema usar cuando se ejercite. Muchos atletas profesionales entrenarán sistemas específicos para mejorar en su deporte, pero eso no significa que no puedas también manipular tu rutina para coincidir.
Sin saber todo esto, ¿qué es lo que realmente le sucede al resto del cuerpo cuando comienzas a moverte?
Sangre
El flujo sanguíneo aumenta a medida que tu cuerpo proporciona glóbulos adicionales al corazón que late más rápidamente.
Piel
A medida que entra en calor, el cuerpo hace su mejor esfuerzo por liberar el calor. Se dilatan los vasos sanguíneos, llevando el calor hacia la piel, y luego la libera. Es por esta razón que la piel se siente caliente cuando uno se ejercita: es la manera que tiene el cuerpo de sacar el calor producido adentro. Las caras de algunas personas se ponen rojas durante el ejercicio, lo que significa que el calor está saliendo del cuerpo.
Músculos
Los músculos se rajan, pero no te preocupes, son diminutas “micro rajaduras” que se demoran uno o dos días en recuperarse. Las rajaduras explican por qué los músculos se sienten quemantes, y es la recuperación la que los hace fuertes con el tiempo.
Pulmones
VO2 Max es un término que seguramente has escuchado en el gimnasio, y representa la cantidad máxima de oxígeno que una persona puede usar. Cuando te ejercitas, los pulmones trabajan rápidamente para obtener todo el oxígeno que el cuerpo necesita. Con el tiempo, a medida que estás más en forma, tu VO2 Max será mayor.
Corazón
¿Recuerdas cómo ejercitarte por más de dos minutos llevaba a tu cuerpo a la respiración aeróbica? Esto quiere decir que el oxígeno es necesario en todo el cuerpo. Como resultado, tu ritmo cardiaco aumentará para mover el oxígeno de manera eficiente a los músculos.
Cerebro
A tu cerebro le fascina el ejercicio. La sangre y oxigeno extras te ayudan a estar más alerta, despierto, y concentrado. Libera endorfinas, las “hormonas felices” de tu cuerpo. Hay unos interesantes gráficos que muestran cómo el cerebro literalmente se ilumina en más áreas incluso después d una caminata de 20 minutos.
Vía: My Fitness Pal