Hace tiempo que hacer ejercicio pasó de ser un asunto de atletas a ser algo que practicamos todos, hasta los más descoordinados. No hay que jugar al fútbol como Alexis Sánchez o ser como Tomás González en gimnasia para estar en forma. Disciplinas hay muchas, lo que hay que buscar es cuál se adapta mejor a cada ritmo de vida.
Y hay una en particular que justamente hace énfasis en la vida, en general. Es decir, su función es hacer la vida más fácil, no solo perder peso, ni conseguir mayor velocidad y ni tener más fuerza, aunque esa puede ser la cereza del helado si se practica. Se trata del entrenamiento funcional, compuesto de ejercicios de funcional training o fuerza funcional.
Su concepto es sencillo: son ejercicios que abarcan entrenamiento para las actividades que hacemos día a día. Los ejercicios funcionales están diseñados para hacer las actividades diarias comunes como cargar las bolsas del mercado o correr tras los niños de una manera segura y fácil.
Los ejercicios de fitness funcional entrenan los músculos para trabajar juntos y prepararlos para las tareas diarias mediante la simulación de movimientos comunes que se pueden hacer en casa, en el trabajo o durante la práctica deportiva. Estos ejerccios hacen uso de diversos músculos en el cuerpo tanto del tren superior como nferior al mismo tiempo, que trabajan la estabilidad del núcleo o core.
Por ejemplo, una sentadilla es un ejercicio funcional, ya que entrena a los músculos que se usan cuando alguien se levanta y se agacha. Mediante el trabajo de los músculos según las actividades de las tareas diarias, se prepara al cuerpo para un buen desempeño en una variedad de situaciones. El entrenamiento de fuerza funcional se debe pensar en términos de un continuo movimiento. Debemos pensar que como personas, llevamos a cabo una gran gama de movimientos, hasta los más sedentarios, caminamos, corremos (si nos está dejando la micro), nos levantamos, empujamos, subimos, bajamos. Todas esas actividades involucran movimientos suaves y rítmicos en los tres planos cardinales de movimiento: sagital, frontal y transversal.
En entrenamiento funcional implica la realización de trabajo contra la resistencia de una manera tal que las ganancias en fuerza tengan que ver directamente con la mejora en los movimientos de las actividades de cada persona.
Su origen lo encontramos en terapias de recuperación y rehabilitación, cuando los profesionales de estas áreas trataban de ayudar a personas con desórdenes de movimiento. Luego los fisioterapeutas desarrollaron ejercicios que imitaban lo que los pacientes podían hacer en su casa o en el trabajo con el fin de volver a la actividad diaria después de una lesión o cirugía. Muchas veces el entrenamiento funcional implica sobre todo las actividades dirigidas a los músculos centrales (abdominales y lumbares).
Ahora, muchos expertos de fitness han empezado a abogar por el uso de instrumentos como bandas de resistencia, equipo de suspensión, balones o peso libre, en un intento de "condicionar" el cuerpo a un ambiente inestable para mejorar la fuerza, el equilibrio, la coordinación, la resistencia y la agilidad, de una vez. Y el término "funcional" se hace cada vez más confuso, con entrenadores inventando ejercicios que -partiendo del concepto del entrenamiento- tienen poca o ninguna relevancia para cualquier actividad normal de la vida diaria.
Y esta amplia interpretación puede ser peligrosa. Algunas personas creen que el entrenamiento funcional es hacer rutinas llenas de actividades explosivas, ejercicios balísticos y entrenamientos que asemejan a aquellos que tendría un atleta de alto nivel. Pero obviamente, un programa de esta categoría supera en creces las capacidades que puede tener una persona para practica un deporte y que puede es terminar lesionando a quien realice estos entrenamientos. Nadie en su vida cotidiana tiene que estar saltando cajas de 50 cm de alto.
Como los ejercicios funcionales tienen que ver con actividades del día a día, cada ejercicio debe tener una función y aquí utilizaremos algunos ejemplos para explicarlos.
Agacharse: nos agachamos para recoger objetos del piso, sentarnos, pararnos. Todos estos movimientos hacen que necesitemos que nuestras piernas y sobretodo el torso estén en buen estado
Ejercicio funcional: Squat o sentadilla.
Levantar cosas del suelo: Desde las llaves del auto, hasta las cosas que se caen, siempre estamos levantando algo y necesitamos trabajar en ejercicios que nos ayuden a mantener fuerte el "core", la espalda baja, los hombros y la cadera
Ejercicio funcional: Deadlift o peso muerto.
Poner cosas en estantes, levantar objetos por encima de la cabeza: Lo hacemos en la casa, cuando colocamos el carry on en los aviones, buscando comida en una despensa. Usamos los glúteos, abdominales y cuádriceps.
Ejercicio funcional: Overhead press y slam con balón medicinal
Alcance y Rotación: Cuando buscamos algo en el asiento trasero del auto, nos estiramos para alcanzar algo. En ese movimiento de alcanzar y girar, usamos los abdominales (oblicuos), cuádriceps y los flexores de cadera.
Ejercicio funcional: Dumbell chop
Los ejercicios funcionales se pueden hacer tanto en la casa como en un gimnasio, y la idea es que sean llevados de la mano por un profesional que pueda ayudar a realizar los ejercicios de manera segura. Lo que debes tener presente es que el entrenamiento funcional no es un concepto de todo o nada. Existe un continuo de funcionalidad. El ejercicio es totalmente funcional si se puede llevar a cabo en una actividad real en la vida de la persona.
Imagen CC Perform Better Europe