A pesar de considerada por muchos como un alimento excesivamente dulce, la composición de los azúcares de la miel es completamente natural lo que la fácil de digerir, y por cierto, muy útil para para tus entrenamientos.
Aunque suene difícil de creer, la alimentación puede incidir en gran proporción en nuestro rendimiento deportivo, Cuando hacemos ejercicio nuestro organismo consume las reservas de glucosa, haciendo que nuestros niveles de azúcares disminuyan en gran cantidad y si no disponemos de la cantidad adecuada de glucosa no podemos obtener energía en forma rápida como para afrontar una actividad deportiva de alta intensidad.
Por ello es fundamental mantener estos niveles en perfectas condiciones. Y ahí, la miel cumple un rol importante, ya que puede ser absorbida por nuestro metabolismo en forma rápida, antes de un entrenamiento o competencia intensa.
Algo similar sucede después del entrenamiento, y es que después de una jornada de alto desgaste es necesario reponer los azúcares y minerales perdidos para así lograr una recuperación adecuada de las fibras musculares. Es en el descanso donde crecen los músculos y el organismo se prepara para enfrentar otras situaciones de igual o mayor intensidad y, en definitiva, el momento en que mejora nuestro rendimiento.
A pesar de tener altas calorías, la piel no contiene grasa, por lo que es una de las mejores fuentes naturales de energía que existe.
Este alimento natural contiene vitaminas del complejo B que ayudan al funcionamiento del sistema nervioso central y dosis equilibradas de minerales como el sodio, el fósforo, el calcio y el hierro.
La miel además tiene características antioxidantes ayudando así a frenar el envejecimiento propio de nuestras células, que se ve potenciado en la realización de actividades cardiovasculares como el trote, la bicicleta, la elíptica y el baile entretenido, entre otras.
El consumo de miel es importante para el óptimo funcionamiento del corazón, ya que favorece la cantidad de sangre que llega a través de las arterias. Además, baja los niveles de colesterol LDL y triglicéridos e incrementa el colesterol HDL, más conocido como colesterol bueno.
Y si de sabor se trata, no solo se puede consumir de manera directa. También existen cientos de recetas que permiten consumir la miel junto a otros alimentos.
Contraindicaciones
- No es recomendable para diabéticos por su alto contenido en azúcares.
- Está prohibida para menores de un año.
- No es aconsejable para personas con sobrepeso por su alto contenido calórico.
Imagen CC Food Thinkers