Quizás has estado ahí, ese momento en que estás entregado a tu sesión de ejercicio, sudando y rindiendo como una máquina, pero de repente, algo pasa. Te mareas. No es un golpe de calor, algo pasa en tu estómago, sientes que la comida vuelve por tu esófago. Te revuelves. Y como los concursantes de The Biggest Loser, vomitas.
Y es que como cuando estamos en un parque de diversiones, nos montamos en una montaña rusa que parece divertidísima, pero terminamos con esta desagradable sensación. Podemos estar disfrutando, pero nuestro estómago dice lo contrario. Pasa lo mismo con el ejercicio, después de una sesión de ejercicio intensa, se nos puede revolver el estomago.
Las náuseas inducidas por el ejercicio pueden ocurrir poco después del ejercicio, si te detienes súbitamente, así como durante el ejercicio mismo. Pueden ser un síntoma de sobreesfuerzo durante el ejercicio, o de una sesión de entrenamiento frenada de forma abrupta. Muchas personas que participan en ejercicios de alta intensidad, han sufrido de náuseas inducidas por el ejercicio en algún momento.
Esta reacción tiene que ver con el flujo de sangre en el cuerpo. Durante el ejercicio nuestro flujo de sangre cambia, por acción del Sistema Nervioso Simpático. La sangre es redirigida desde los lugares que no son esenciales para ser bombeada hacia aquellas áreas donde se está realizando la acción.
Normalmente del 15 al 20% del bombeo se redirige a las distintas áreas del cuerpo, pero cuando el ejercicio es muy intenso, los músculos reciben hasta el 85% del bombeo del corazón. Mientras se realiza este cambio en nuestro cuerpo, hay áreas que quedan levemente desatendidas, como los riñones, el hígado, el estómago y los intestinos, lo que hace que nos dé nauseas durante el ejercicio intenso. Además, los glóbulos rojos que cargan el oxígeno a todo el cuerpo, se redirigen en mayor forma hacia los músculos que se están trabajando, lo que provoca mareos.
Esto no es peligroso, simplemente es una manera que tiene nuestro cuerpo de redirigir las energías. Y pasa mucho en personas que no están acostumbradas al ejercicio, y empiezan una sesión de forma intensa o hacen un ejercicio que les cambia las bases completas de su entrenamiento. Piensen en la primera vez que alguien hace Insanity. Este ejercicio muy intenso (y divertido) por supuesto que puede hacer vomitar a más de uno. Hasta al que está más en forma.
Otra causa de estos mareos/nauseas/vómitos tienen que ver con la falta de hidratación durante el ejercicio. Como también lo es la sobrehidratación. Beber mucha agua antes, durante y/o después de la práctica deportiva (como un maratón) puede causar náuseas, diarrea, confusión y temblores musculares.
Y si bien ya a estas alturas te debe parecer lógico lo que debes hacer para no marearte mientras o después del ejercicio, aquí te doy unas técnicas para poner en práctica:
-Bebe agua para reponer el agua perdida durante el ejercicio: ojo no debes tomar grandes cantidades mientras estés en tu sesión de entrenamiento. Seguramente tragar grandes cantidades de agua te puede dar una sensación de alivio, pero tu estómago puede provocar el vómito, si está demasiado lleno, como mecanismo de defensa. Así que bebe pero con calma.
-Come algo antes de tu entrenamiento: muchas personas hablan del cardio en ayunas para la utilización de grasa (tema que trataremos en otro artículo) pero la verdad es que si vas a entrenar duro, tienes que comer algo. Muchas personas sufren de hipoglucemia por no haber comido lo correcto. Lo mejor es comer algo, ligero, antes de tu entrenamiento. Una mezcla sencilla de carbohidratos y un poco de proteína, o una fruta si entrenas a primera hora de la mañana. Esperar media a una hora y empezar con el entrenamiento.
-No entrenes con el estómago lleno: es decir, una cosa es un snack y otra llenarse estómago con comida hasta quedar satisfecho. Aún comiendo un snack debes esperar un poco antes de comenzar con el entrenamiento. Comer y lanzarse al gimnasio es la mezcla perfecta para dejar de nuevo la comida en el piso. Recuerda que tienes que darle a tu sistema digestivo su tiempo y energía para la digestión.
-No tomes bebidas con gas: Las bebidas y aguas carbonatadas, aumentan el gas en el estómago, provocando hinchazón y afectando el rendimiento.
Y por supuesto, si llegas a vomitar, no te queda otra: toma bastante agua, descansar, pedir disculpas a tu compañero de gimnasio y pensar que mañana tienes otra oportunidad para volver a empezar, sin vomitar.
Imagen CC Pixelflake