Hace varios años atrás, conocí la zona de Villarrica. Me encantó el lugar, la naturaleza, los lagos, su gente y comida. He ido tres veces de vacaciones con mi familia para allá y, dado que soy una persona con bastante energía siempre me gusta desarrollar actividades entretenidas aprovechando lo lindo del paisaje y lo puro del aire.
Por eso, la primera vez que fui hice rafting; la segunda, canopy; y la tercera me dije a mí misma que tenía que ser algo grande, algo épico que pareciera imposible: subir el volcán Villarrica.
En efecto, parecía una misión imposible. Yo, sin ningún entrenamiento previo, me aventuré a ir al famoso volcán. Decidida, partí a una agencia de turismo para tomar estos recorridos grupales e ir con instructores, pues yo no tenía la ropa adecuada (en las agencias te pasan todo: zapatos especiales, mochila, traje para resistir la nieve, bastones) ni tampoco el conocimiento de la zona. Fui un día miércoles y recuerdo que me indicaron que tenía que estar en la agencia a las 4 am. Allí nos reunimos todos y nos transportaron a la base del volcán.
Los que querían podían pagar unas lucas más para subir por unos andariveles y saltarse la parte más complicada del terreno. La oferta era tentadora, pero la rechacé. Si iba a subir el volcán, tenía que hacerlo completamente. Fue terrible, no lo niego. Pero ahora valoro aún más haber realizado ese recorrido de 2.847 metros de altura del famoso volcán Villarrica.
Durante el tramo se realizan seis paradas y se solicita a los turistas llevar bloqueador, lentes, gorro y comida energética durante el recorrido, pues realmente es agotador. Son cerca de cinco a seis horas subiendo entre piedras, rocas y después nieve. Cuando uno llega a este sector no es tan terrible. Lo entretenido es que uno ve cientos de personas que van en la misma de uno: muriendo, pero dando todo de sí para cumplir la meta. Y lo mejor es reencontrarse con todos ellos allí arriba en la cima donde puedes notar la belleza inmensa y toda la magia del sur.
Pero eso no es todo, porque el descenso se torna muy entretenido al deslizarse por unos toboganes de nieve. Después se sigue realizando el descenso a pie y ya se hace todo con mayor calma. Mi grupo fue muy buena onda y estaba compuesto por compatriotas y extranjeros de diversas edades. Es un desafío muy recomendado que dura ocho horas y que pondrá sus esfuerzos físicos y su mente al límite.
Si quieres más información al respecto, te invito a visitar los siguientes links:
- AndesMar: esta es la agencia con la que hice el ascenso al volcán.
- Cámara de Turismo Pucón: Aquí podrás encontrar más información para subir el volcán. Sin embargo, se señala que siempre el ascenso debe hacerse a través de agencias de turismo, a menos que se acredite ser un experto.
- Backpackers Hostel & Agency: Este es un sitio donde podrás encontrar alojamiento y diversas actividades al aire libre en la maravillosa zona de Pucón y Villarrica.