Comencé a correr hace cinco años. Desde entonces, he ido probando distintas rutas, comprando nuevo equipamiento deportivo para monitorear mis avances, mejorando las zapatillas, etc. Me gusta correr porque puedes competir contra ti mismo y ver cómo vas mejorando con el tiempo, y a la vez es una actividad que puedes hacer de manera grupal.
Conocí esta ruta gracias al grupo de corredores en el que participo. Me gusta porque es exigente y, a la vez, tiene una buena recompensa. La ruta comienza en la entrada de la Costanera Sur, a la altura de la embajada de Estados Unidos, y termina en el Parque Bicentenario (o viceversa, pero recomiendo hacerla en este sentido). La Costanera Sur está cerrada los domingos y feriados, por lo que es común verla llena de corredores, ciclistas y patinadores, en todo horario.
Esta ruta es exigente y la subida se siente bastante, sin embargo, de regreso es mucho más abordable. Se puede correr por la calle, la vereda o la pista de gravilla. La hora ideal, para mí, es en la mañana, para empezar el día con energía y contagiarse con el ánimo de las decenas de deportistas, incluso en invierno.
El Parque Bicentenario también ofrece la posibilidad de alternar rutas: entrar al parque y correr en sus distintos circuitos, o bien devolverse por la Costanera. No sé hasta cuándo estará cerrada esta calle los domingos, pero ojalá que cuando esté abierta de manera regular estén listos los trabajos en las ciclovías y veredas para poder continuar esta ruta que ya es un imperdible de muchos corredores santiaguinos.