Las rodillas son fundamentales en nuestro cuerpo. Nos permiten mantener la estabilidad, manejar las piernas a nuestro placer y generar la flexibilidad suficiente para correr, caminar, saltar y todos los movimientos necesarios para practicar deporte. Sin embargo, las lesiones en esta zona son muy recurrentes y comunes. Así que ten cuidado.
¿Cómo identificar si tienes una lesión a la rodilla? Muy fácil. Si presentas dolor, infamación o inestabilidad en esa zona (se lee raro, pero se refiere a cuando sientes a la rótula fuera de su lugar), presentas un problema y debes ser asistido por algún especialista.
Yo fui víctima de una lesión a causa de una sobrecarga en mi rodilla derecha. Pero claro, es menester aclarar que yo trotaba cinco días a la semana y dedicaba dos horas de mis sábados a “pichanguear” con mis amigos…
Después de un tiempo comencé a sentir dolor en el sector señalado, aunque nunca le tomé importancia debida y sólo me cuidaba mi rodilla con una venda que encontré en casa. No obstante, llegó el día donde el malestar se acrecentó y algo tan simple como subir una escalera se transformó en una tortura. Por esta razón, mi polola no dudó en llevarme a un especialista, aunque yo ya intuía su diagnóstico: la triste privación de disfrutar de actividad física por un tiempo.
Y pasó lo que tenía en mente. Asistí a un traumatólogo. El especialista palpó la articulación, presionó la rótula, examinó mi rodilla mientras se extendía y flexionaba mientras estaba recostando en la camilla y me analizó al caminar. Posteriormente, me consultó por la cantidad de horas a la semana que le dedicaba al deporte y la intensidad con la que practicaba.
Su diagnóstico fue tajante. Lamentablemente presentaba un esguince de rodilla, el cual se presentó –según lo manifestado por el médico- a causa de la sobrecarga y el desgaste de la articulación. Por esta razón, fui enviado a tomar reposo, consumir diariamente analgésicos y antinflamatorios, y debí usar una venda especial para movilizarme. Lo más doloroso fueron las tres semanas en las que me vi imposibilitado de salir a correr o practicar fútbol.
Después de esos trágicos días sin actividad volví al deporte con algo de mesura y minuciosidad. Mantuve el uso de la venda por un tiempo, seleccioné rutas planas para correr, opté por no salir en caso de un leve síntoma de molestia y, lo más importante, comprendí el valor de la elongación en cada sesión deportiva. Sobre todo para estirar las articulaciones y evitar futuras lesiones.
Si usted lee esto, no olvide que la lesión de rodilla zona es de las más frecuentes en los apasionados por el deporte. Por eso no aumente los riesgos y vaya a ser asistido al primer síntoma de molestia. Podrá evitarse un problema mayor y monótonos días sin actividad física.