Se trata de algo paradójico; el tenis en Chile no goza de la popularidad de antaño ni cuenta con suficientes lugares para practicarlo, pero aun así el país no deja de producir algunos de los mejores tenistas del mundo. Uno de ellos es Daniela Seguel, apodada La Pantera. Puede que no esté entre los primeros puestos del ranking de la WTA, pero cuando entra a la cancha irradia una energía increíble y evidencia que le sobra talento para posicionarse en los peldaños más altos de la élite internacional. Además, es muy joven (tiene 24 años) y desde el 2013 se posicionó como la mejor de las tenistas criollas. Más aún, cada día es más disciplinada y aumenta más su nivel.
La Pantera, por algo le dicen así
El apodo se lo coloco su padre desde niña. Algunos dicen que le queda muy bien, dada su extremada sensualidad y sus curvas perfectas. Pero yo digo que encaja más con su velocidad, ímpetu y fuerza de voluntad. Es que lo que más me impacta de esta hermosa joven oriunda de Santiago de Chile, y por lo que soy su fiel seguidora, es su entrega, sus ganas de triunfar, de comerse el mundo. Llegar al sitio donde se encuentra no le ha sido fácil. A pesar de ser número uno del país y clasificar a un Grand Slam, luego de 33 años sin que ninguna otra tenista chilena lo hiciera, ha recibido poco auspicio, no vive con grandes lujos, se moviliza en transporte público y sus cómplices más fieles son su familia y una clínica que la atiende de manera gratuita. Ella sola tratando de alcanzar sus sueños.
Una tragedia en el mejor momento de su carrera
A propósito de su familia, Daniela Seguel sufrió un momento bastante difícil el 26 de noviembre del 2016, cuando se encontraba disputando la final de la Copa Las Condes frente a la brasileña Paula Goncalves. Ya había ganado el primer set por 6-4 y en la segunda manga iba venciendo por 2-1, cuando don Jorge Seguel (su padre) se desmayó en las tribunas. Sin darse cuenta de lo sucedido, continuó jugando. Pero, luego de un rato, le transmitieron la fatal noticia: su papá había muerto de un infarto. El llanto la invadió y se retiró sin terminar el encuentro. Cualquiera hubiera hecho lo mismo.
La muerte de su padre se presentó luego de que Daniela Seguel, el 24 de octubre, hubiese sido clasificada en el puesto 192° de la WTA, ranking más alto desde que inició su carrera. Además, había clasificado por primera vez al US Open y venció a la croata Donna Vekic (numero 106° del mundo y primera cabeza de serie del torneo ITF de Budapest), derrotado a la suiza Patty Schnyder (ex número 7 del orbe), y rompió la sequía de 8 años sin tenistas chilenas en el cuadro principal de un certamen WTA.
Sin embargo, esta tragedia familiar no logró detenerla. Ya se encuentra lista para enfrentar los retos del 2017. Por eso es que esta niña es mi ídolo. Una voluntad de acero combinada con mucho talento y humildad. Pasó de pronunciar las típicas frases del tenista chileno en canchas locales a enfrentarse con las más grandes del planeta.
Ya anunció que su propósito para este año es seguir mejorando en el ranking y asegurarse para jugar todas las Qualy de los Grand Slam. No cabe duda de que le irá muy bien y que las actuaciones por venir corroborarán su brillante trayectoria y logros a parte de los ya mencionados:
- Ocupó el puesto número 1° de Sudamérica en la Gira de Cosat (2010) cuando tenía 16 años.
- Sacó el puesto número 110° en el ranking de dobles (2014).
- Ganó dos medallas de oro en los en los Juegos Suramericanos de Medellín (2010).
- Ganó el Trofeo de Campeona Seguros Bolívar Open de Tenis Bucaramanga (2015).
- Consiguió el título del ITF de Rancagua (2012).
Una joven sensual, inteligente y de cuerpo escultural que representa al país de la mejor manera. A este ritmo de crecimiento, podría transformarse en la sucesora de Marcelo Ríos, el gran ex-número 1 del mundo y orgullo chileno. Por otra parte, y ya dentro de una faceta más desconocida, en agosto del 2015 reveló que le encantan las fotos y si por las casualidades de la vida se le presentara la oportunidad de ser modelo, aceptaría. Ya posó para la cámara y el resultado fue excelente. No tiene nada que envidiarles a las divas de la pasarela.