Boxear es prácticamente un arte. Este deporte exige un espíritu combativo único. Quien lo practica se convierte en un guerrero con tintes de monje. ¿Por qué decimos esto? Por la sencilla razón que un verdadero boxeador posee una férrea disciplina personal y además un carácter fuerte e indestructible. Durante la práctica surgirán muchos pensamientos que quedarán plasmados en frases inmortales, como las que a continuación detallamos:
1. Iniciamos un nuevo camino con el mejor equipo. Además de la ropa y los zapatos deportivos, tengo conmigo mis mejores armas, y éstas son mis dos guantes.
2. El primer objetivo a cumplir: levantarme todos los días a las seis de la mañana para cumplir con mi entrenamiento. Muy pesado, pero vale la pena.
3. Esta rutina diaria es muy exigente, así que pongamos especial atención a la alimentación para obtener de ella la energía necesaria.
4. A veces olvidamos lo importante que es hidratarnos, hasta que no realizamos una actividad que te exige el cien por ciento de tu esfuerzo. Por ello el tomar suficiente agua es parte de mi vida diaria. Disfruto cada vaso que tomo, aún más sabiendo el beneficio que me brinda.
5. Conozcamos más de cerca a mi primer rival a vencer y dominar: el saco de boxeo. Le tengo respeto pero no le temo. Y le estoy agradecido porque no sólo me ayuda a liberar el estrés, sino que es un elemento imprescindible para pulir mi técnica día a día.
6. Ya aprendí a vendarme las manos correctamente. Amo este deporte, pero también es necesario proteger los nudillos y articulaciones de los golpes.
7. El trabajo en el gimnasio es algo que disfruto mucho, así que hay que escuchar más atentamente al entrenador y también obedecer mis instintos. De la combinación de nuestras ideas surgirán las grandes victorias.
8. El trabajo en brazos que realizo es cansado, pero el de piernas es en verdad desgastante. Lo mejor de todo es que apenas me acuesto por las noches ¡y me duermo al instante!
9. ¿Quién dijo que brincar la cuerda era cosa de niños pequeños? No sólo es uno de los ejercicios más completos que conozco, sino también uno de los más importantes en mi agenda diaria, no sólo como calentamiento, sino también para mejorar mi equilibrio y condición física al mismo tiempo.
10. Hablando de calentamiento, nada se siente mejor que estirar todos los músculos por diez minutos cada día antes de empezar. Este tiempo es sagrado, porque preparo cuerpo y mente para la acción más brutal, ¡literalmente!
11. Sinceramente, a veces no tengo deseos de entrenar. Los problemas, decepciones y tristezas ocasionales son los principales obstáculos a vencer. Pero afortunadamente he aprendido a usar toda esa energía negativa como combustible para convertirme en un mejor boxeador, paso a paso.
12. Luego de un tiempo, ya controlo mejor la respiración. Esto es muy importante, ya que no sólo se refleja en la calidad de mi técnica, sino que me permite recuperarme más rápido del ejercicio cotidiano.
13. Amo correr todas las mañanas durante unos 40 minutos. Me gusta hacerlo temprano, porque el sol aún no nos castiga tan implacablemente, y además es una bonita forma de decirle buenos días a este mundo que me rodea.
14. Mi cuerpo es más flexible cada vez y eso me encanta. ¡Quién diría que el boxeo mejoraría incluso mi postura al caminar!
15. Mis amigos se ríen de mí porque para todos lados llevo mis cremas y pomadas anti-moretones. Pero sólo yo sé lo delicioso que se siente el mentol sobre la piel para relajar los músculos y ligamentos... No importa que piensen soy un anciano prematuro.
16. Golpear las palmetas es también una sensación bastante poderosa.
17. Una de las mejores sensaciones es perder el miedo al contacto físico.
18. Si me preguntan cuál ha sido el mayor beneficio de practicar box, además de lo referente a la salud, diría que un tremendo aumento en la autoestima y seguridad personal. ¡Eso vale oro!
19. Al principio era difícil seguir una dieta tan estricta. Pero para llegar al peso requerido en el combate, no queda de otra que acostumbrarse a comer balanceadamente proteínas, grasas y carbohidratos en su justa medida.
20. Por supuesto que disfrutar de un buen postre muy de vez en cuando, ¡sabe a gloria!
21. Golpear a un rival imaginario es parte importante del proceso, como también lo es practicar con mis compañeros de carne y hueso. Aquí es donde se define quién es quién, realmente.
22. Honestamente me imponen algunos de mis rivales de práctica. Les tengo respeto, pero aún así es magnífico pelear contra ellos, porque me permite demostrar todo lo que he aprendido.
23. Me gusta platicar con compañeros de otras disciplinas deportivas para intercambiar experiencias y conocimientos. Es algo bastante gratificante.
24. Una agenda ajetreada no significa que no tenga tiempo para compartir mis progresos con amigos y familia en las redes sociales. Muchos de ellos se están contagiando de mi entusiasmo e incluso quieren explorar también este estilo de vida.
25. Mi familia teme que los golpes me vayan a dañar severamente, pero por fortuna ya les expliqué de qué se trata esto. Y para evitar cualquier daño, nada como practicar más el contacto visual con el rival y seguir ejercitando el tronco superior del cuerpo.
26. ¡Tengo que pulir más y más esos deslizamientos! Gracias a ellos he evitado ser golpeado muchas veces.
27. Hora de reemplazar mis guantes otra vez. Pero guardo cada par con mucho cariño como muestra del camino recorrido.
28. Sin afán de presumir, pero tengo que agradecerle al boxeo por contribuir a mejorar mi vida sexual… Claro que a mayor energía física, ¡más fuego en la intimidad!
29. Sobra decir que cada vez que veo películas como “Rocky” o “Million Dollar Baby” veo una parte de mi vida reflejada en esos filmes.
30. Entrenar sin la música que me motiva, es como ir a la playa en un día nublado. Así que vamos a preparar nuevas listas de reproducción.
31. Me preguntan si el boxeo me ha convertido en alguien más violento y les contesto: nada de eso. Al contrario. Ahora soy más pacífico que nunca y concentrado en mis metas personales.