Lo primero que debemos tener claro antes de respondernos esta pregunta, es que cada cuerpo responde de distinta forma a un mismo entrenamiento. Un nuevo estudio, del Instituto de Investigación de Deportes Olímpicos de Finlandia, que se acaba de publicar en el Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports, puso a 29 corredores en un periodo de entrenamiento de 8 semanas y luego 8 semanas de mucho entrenamiento (aumento de la distancia de entre un 30 a un 50%) o entrenamiento de alta intensidad (tres ejercicios a la semana de 6x 2:00 con 2min de descanso a carrera continua de más de 40 minutos).
Las preguntas clave que surgieron fueron: 1) cómo respondieron los corredores al aumento en la cantidad de entrenamiento comparado con la intensidad y 2) pudieron ellos usar un punto de referencia para predecir qué individuos se vieron más beneficiados de cada tipo de entrenamiento.
En respuesta a la primera pregunta, los resultados se muestran en la gráfica a continuación, donde HIT es alta intensidad y HVT es gran cantidad, las zonas sombreadas representan la variabilidad típica en la medición, de manera que los cambios de menos del 1% no son significativos:
Como se esperaba, hubo una gran variación. En promedio, el grupo de alta intensidad claramente supera al de gran cantidad, aunque corrieron menos (39 kms por semana comparado con 47 kms por semana) esto no necesariamente quiere decir que la intensidad es “mejor” que la cantidad, para llevar el desempeño al máximo necesitas tanto intensidad como cantidad, de manera que es cuestión de encontrar el equilibrio, no de escoger lo uno o lo otro.
Teniendo esto en cuenta, la pregunta más importante era si algún parámetro podría predecir las respuestas individuales. Un interesante patrón resultó relacionar la variabilidad del ritmo cardiaco en reposo, medida durante periodos de 4 horas en al menos dos noches consecutivas. Aunque ha habido bastante discusión últimamente acerca del uso de HRV para monitorear la recuperación post ejercicio, esto fue diferente: el uso de HRV midió el antes de que se iniciara el periodo de entrenamiento, en un intento de predecir cómo la gente respondería a diferentes tipos de entrenamiento.
Aquí se muestra cómo los resultados se vinieron abajo para aquellos con un HRV por sobre y bajo la media:
Para el grupo de gran cantidad, aquellos con un HRV bajo respondieron mejor, para el grupo de alta intensidad, fue todo lo contrario. En términos generales, se discute qué sentido tiene esto. Hay algo de evidencia que indica que tener un HRV alto indica una mayor capacidad de manejar el estrés del aumento de ejercicio, y tener un HRV bajo indicaría que ya estás llegando al límite de lo que tu cuerpo puede tolerar, entonces, a esas personas les irá mejor con un estímulo más suave en mayores cantidades.
Vía: Runnersworld