El yoga es una disciplina con muchos adeptos. Muchos lo califican como un estilo de vida más que un deporte. Otros tantos se benefician por el trabajo que le dan a todo su cuerpo y la sensación de bienestar que tienen después de cada práctica. Y lo bueno es que el yoga tiene muchas ramas, que se adecuan a las necesidades de la persona que lo quiera realizar.
Y una de estas vertientes es el hot yoga (yoga caliente) que se ha popularizado en varias partes del mundo. El yoga caliente se refiere a cualquier clase de yoga que se haga en una habitación climatizada a 40 grados centígrados con una humedad del 40 por ciento. Muy a menudo, el yoga caliente tiende a ser estilo vinyasa, donde la práctica fluye de posición a posición. Es sumamente vigorosa y las condiciones del cuarto favorecen la sudoración profusa y hace que el cuerpo se caliente. El estilo Bikram, con una práctica de 90 minutos, series de 26 posturas y dos ejercicios de respiración también se practica en muchas partes como yoga caliente.
Cuando la persona realiza ejercicios produce su propia fuente de calor, algo que va generando varias reacciones químicas, liberando energía en forma de calor en el tejido muscular. Cuando se eleva el calor interno, se produce una vasodilatación en los vasos sanguíneos de la piel y se empieza a sudar para enfriar el cuerpo y para mantenerlo dentro del rango normal de temperatura corporal. Por eso a través del sudor, el cuerpo regula la temperatura interna aunque el exterior siga muy caliente.
Quienes realizan esta práctica, abogan por sus beneficios. Para ellos, el yoga caliente promueve la flexibilidad, la fuerza, la respiración, la concentración mental, la salud y autosanación así como la expulsión de toxinas. También le adjudican a esta práctica beneficios cardiovasculares y la quema de calorías. El ambiente con calefacción aumenta la frecuencia del pulso y el metabolismo permite que los vasos sanguíneos se vuelvan más flexibles. Eso hace que la circulación sea más fácil y aumente el flujo de sangre hacia las extremidades.
Ahora, si bien puede llevarte a sentirte mejor en terminos generales, hay cosas que no suceden realmente en esta práctica. La limpieza de toxinas a través de la sudoración, por ejemplo, es una idea que carece de base científica. El cuerpo utiliza la sudoración como mecanismo natural de regulación de temperatura y para expulsar ciertas toxinas, pero la mayoría de ellas son eliminadas por el cuerpo a través de la orina y las heces, no por el sudor.
También se ha desmitificado la relación del sudor con la pérdida de grasa. El perder líquido puede llevarte a una pérdida de peso momentánea que será recuperada una vez que te hidrates adecuadamente.
Patricia Sulbarán, practicante de yoga nos comenta que su práctica ha sido favorable para algunas cosas pero que existen algunos mitos acerca de la misma: "Se habla de una quema de grasas pero en realidad es la pérdida de líquido. La secuencia de asanas es siempre la misma pero no es para principiantes. Hice clases que duraban 90 minutos, y lo que experimenté fue una suerte de "trance" muy placentero. Te concentras mucho y entras en una especie de modo de supervivencia para evitar la sensación de ahogo. Me ha ayudado mucho a liberar tensiones musculares".
Y sobre sus supuestas propiedades cardiovasculares, un estudio realizado en el 2012 por el Journal of Exercise Physiology concluyó que la práctica del yoga Bikram no tiene ningún efecto en la función pulmonar ni en la capacidad aeróbica.
Debido a su intensidad y potencial para causar enfermedades relacionadas con el calor, el yoga caliente no es para todos. Si se tienen problemas al corazón, con la deshidratación o intolerancia al calor, o si se ha tenido una enfermedad relacionada con el calor (como un golpe de calor) en el pasado, es probable que el yoga caliente no sea recomendado. Lo ideal es consultar con el médico si se tiene cualquiera de estos problemas de salud.
Quienes se atrevan a practicarlo, deben asegurarse de beber suficiente agua y parar si se sienten mareados o aturdido durante la práctica.
Imagen CC SOMBILON PHOTOGRAPHY