De todas las parte de la bicicleta, la cadena es una de las que sufre mayor desgaste. La mayor parte del tiempo está en movimiento y sujeta a tensión, expuesta a elementos externos que puedan dañarla. De ahí que su lubricación sea tan importante.
Ahora bien, la frecuencia de lubricación deberá ir en directa relación según el uso de la bicicleta. De ahí que en el caso de alguien que utilice la bicicleta como medio de transporte, de uso diario, o repetido durante la semana, deberá limpiar y lubricar la cadena, al menos una vez por mes para mantener su funcionamiento óptimo.
Si escuchas ruidos o practicas ciclismo de montaña en terrenos sucios o bajo la lluvia o en otras condiciones húmedas limpia y lubrica la cadena, en cuanto puedas. Esto ayudará a cuidar las piezas de tu bicicleta y a evitar problemas mayores.
Tipo de lubricante
Un aspecto importante a considerar es el tipo de lubricante. Los lubricantes en aerosol, son demasiado diluidos y pueden secar las cadenas. Los que son de base vegetal suelen ser pegajosos; Por otrp lado, los aceites de motor son muy espesos y no penetran la cadena por completo. La opción recomendada es utilizar un aceite lubricante de base mineral, específicamente diseñado para bicicletas.
¿Cómo aplicarlo?
Para lubricar la cadena de la bicicleta, limpia todo el largo de la cadena con un trapo limpio hasta sacar el polvo o tierra. Luego, limpia los anillos de la cadena en las manijas del frente y el ensamble posterior en el buje de la rueda de atrás. Aplica el lubricante en la superficie interna de la extensión completa de la cadena. Gira los pedales y cambia todos los engranajes para que el lubricante pase por los eslabones de la cadena y las demás partes del tren de manejo.
Así podrás tener una cadena en óptimas condiciones para conseguir una mejor durabilidad y un mayor rendimiento en tu bicicleta.
Imagen CC Gonmi.