Santiago es una ciudad enorme y con paisajes inigualables que aunque más parecen una selva de cemento que nos absorberá en su monotonía gris, cuenta con una cantidad de panoramas deportivos que invitan durante todo el año a utilizar la metrópolis como una gran e interminable cancha de obstáculos y pistas de carrera.
Para salir de mi propia monotonía, salgo a correr en un gimnasio mientras miro televisión. Pero hace un tiempo decidí asistir a corridas masivas para alimentar mi instinto de competencia. La primera corrida a la que asistí, de manera voluntaria al menos, fue el Maratón de Santiago. Una competencia inigualable en la capital que cuenta con tres distancias distintas de 10, 21 y 42 kilómetros para complacer a los que corren poco o a los que quieran desafiar a su cuerpo y competir en un maratón como pocos que abarca a gran part de la ciudad.
Si bien la inscripción a esta corrida no es barata vale la pena pagarla ya que la polera lo vale al ser de telas de buena calidad- dry-fit- y diseños muy cómodos que dan ganas de mostrar. Por otro lado, el circuito de 10 kilómetros, que fue el que corrí yo, es increíble. Hay puntos de hidratación, bomberos lanzando agua en dos puntos para capear el calor de las mañanas de abril y en la meta puedes retirar mucha fruta además de agua y alguna bebida isotónica. Como si esto fuera poco, además tienes un centro de masajes por si quedaste muy aporreado con la corrida además del evento de premiación final.
Es importante tener en cuenta que si quieres ir a una corrida, debes entrenar para ello y no lanzarte a la vida ya que si lo haces, las lesiones estarán a la orden del día. Para una corrida de 10 kilómetros, debes salir a correr al menos 2 meses antes para poder tener la condición física y resistencia que te permita soportar la carrera.
A la segunda corrida que asistí, fue a la Corre por Nosotras de Everlast, corrida que tiene como fin el recolectar fondos y concientizar a las mujeres con el cáncer de útero y cuenta con distancias de 5 y 10 kilómetros. La inscripción -$8.000 la última vez- también vale la pena ya que el kit cuenta con una polera técnica, además de cupones en una academia de baile, además de otros regalitos de los auspiciadores. Esta corrida empieza con un calentamiento masivo con distintas personalidades del baile, en mi caso fue con un ex bailarín de Rojo. Éste calentamiento consistía en baile entretenido y duró alrededor de media hora. A las 9am aproximadamente fue la largada y junto con mi mejor amiga corrimos bordeando el Parque O’Higgins a una velocidad media y siempre monitoreando nuestros estados físicos que hacía tiempo no habían sido puestos a prueba. Las calles aledañas estaban muy bien acordonadas y cada cierta cantidad de metros había fotógrafos quienes se encargaban de inmortalizar nuestra nueva hazaña deportiva en la ciudad. Al llegar a la meta que estaba justo frente al Movistar Arena, podías ver el tiempo que te tomó llegar hasta ahí y luego entregabas el chip que estaba en tú número de corredor para después poder verificar en línea el tiempo en el que corriste la distancia, en mi caso 5K.
Luego ibas a una vuelta a la calma, también con música y podías ir a retirar fruta, cereales y agua. Si bien en esta ocasión la organización y producción falló un poco, fue una experiencia inolvidable que volvería a repetir mil veces.
Antes de lanzarse a correr por Santiago, hay que hacerlo de a poco y prepararse bien, independiente del kilometraje que se pretenda correr. La elongación es muy importante antes y después, sin olvidar la hidratación que debe ser antes-durante y después de correr.