Si eres del grupo de los que ya hace ejercicio, de seguro que lo estás disfrutando. Pero puede que quizás también estés en un grupo que aumenta cada día más: el que corre sin ningún objetivo en mente. Y no estoy hablando de los trotadores de treadmill del gimnasio, sino de aquellas personas que están "haciéndolo todo bien" pero igual siguen sin ver resultados en su cuerpo. No avanzan ni en fuerza, ni en grasa ni en músculo. Si bien han visto cambios, estos pararon hace bastante rato.
En la mayoría de los casos la respuesta está en la alimentación. Porque no solo es importante lo que comemos durante el día o cuando despertamos, muchas veces los errores los cometemos con nuestra alimentación alrededor de la hora en que sudamos y sobre todo, cuando terminamos de sudar.
1. Sientes que te mereces comer más: Después de cargar todo ese peso, ¿por qué no te vas a merecer esa barra de chocolate si sientes que lo sudaste todo? Pues bien, ese es uno de los errores que muchos cometen a la hora de hacer ejercicio. Hay un refrán que reza "no se suda una mala dieta" y si por cada sesión de ejercicios te premias con algo calórico, recuperarás las calorías quemadas. También está el problema de la sobrestimación de las calorías que quemamos. Muchas veces quemamos menos de lo que pensamos (no te fijes en lo que dice la caminadora o la elíptica, hay como un 30% de error en tu contra) y confundimos lo que nos cuesta un ejercicio con calorías quemadas. Y si bien está bien que te recuperes con alguna comida después del ejercicio,tienes que buscar que esta comida sea la que realmente pueda nutrir tus músculos. Es decir, una comida completa o una merienda de unas 150 a 200 calorías compuestas por un carbohidrato y proteína. Preferiblemente nada que contenga grasas ya que a pesar de ser buenas, pueden retrasar la absorción de otros nutrientes.
2. Te recuperas con bebidas deportivas/smoothies/jugos verdes: Bueno, está bien, si corriste 42 kilómetros tienes que reponer los electrolitos perdidos en una sesión tan dura y extenuante. Pero si lo que hiciste fue una hora de spinning o de zumba, no vale la pena que te hidrates con esas bebidas que además tienen carbohidratos en forma de azúcares, justamente para la rápida recuperación después de un ejercicio extenuante. Y con los jugos, smoothies y batidos verdes también debes estar atento. La verdad es que un puñado de espinacas, por grande que sea, tiene pocas calorías, por ahí estamos bien. Pero si a eso le sumas varias porciones de azúcar (y recordemos que por más sana que sea, la fruta también tiene azúcar) o cosas como mantequilla de maní y leche de coco o almendras ya estás sumando un montón de calorías y pasa lo mismo con los smoothies hechos con yogures azucarados. La mejor bebida para recuperarte: el agua.
3. Te das excusas y no eres consistente: Esto pasa mucho con los "ejercitadores de fin de semana". Los que el sábado o el domingo, hacen una súper sesión de crossfit, corren 10 Km y un poco más o hacen dos horas seguidas de spinning y sienten que esto es suficiente para toda la semana. Pues no, la verdad es que deberías acumular al menos 300 minutos de ejercicio vigoroso a la semana si quieres ver cambios sustanciales en tu cuerpo. Ese cuento de caminar 30 minutos 3 veces a la semana se aplica para las personas sedentarias que deben comenzar a integrar ejercicio en sus vidas. Para quemar grasas, tienes que darle un poco más duro y sobre todo, ser más constante.
4. Esperas demasiado para comer: Al igual que es malísimo comer lo incorrecto, dejar a tu cuerpo que pase hambre puede retrasar todos tus esfuerzos sin generar cambios en tu cuerpo. Esto pasa muchas veces porque escogemos gimnasios que nos quedan lejos de la casa o simplemente no planificamos que debemos tener un snack o merienda que alimente nuestros músculos después del ejercicio, sobre todo cuando falta un tiempo para nuestra próxima comida. Un batido de whey protein, un poco de leche achocolatada baja en grasas puede ser la manera perfecta de nutrir y recuperar tus músculos.
Como todo, para que veas cambios es tan importante lo que sudas en tu entrenamiento como el resto de las actividades que hagas en el día. Y la alimentación es parte de ella. Todo queda en la planificación y lo comprometido que estés con tus metas.
Imagen CC Rob124.