Aunque no muchos sepan lo que es, la mayoría busca tener un core definido. Pero más allá de las razones estéticas de tener unos abdominales tonificados, las razones para trabajarlos son muchas y abarcan a todos los deportistas.
Algunos los utilizarán más que otros, pero la verdad es que tener un core fuerte puede hacer la diferencia en cualquier disciplina.
Lo primero que hay que tener claro, es que los músculos del core abarcan zonas de la pelvis, espalda baja, las caderas y, por supuesto, el abdomen.
Trabajar estos músculos permite lograr un mejor equilibrio y una mejor estabilidad, esto para el beneficio de actividades deportivas o cotidianas, debido a que un core fortalecido permite hacer más fácil cualquier tarea física, ayudando a la vez a evitar lesiones a zonas como la espalda, cuando levantamos pesas.
Muchas veces entrenamos los músculos abdominales a diario, en breves cantidades, con el objetivo de conseguir mejores resultados rápidos. Pero, la verdad es que lo ideal es entrenarlos como máximo tres veces a la semana, en forma interdiaria, es decir, dejando al menos un día de descanso entre cada sesión de entrenamiento. Ello, porque entrenarlos todos los días hará que no descansen lo suficiente para funcionar a tope.
Otras veces, los dejamos de lado y hacemos una sesión intensa a la semana, en la que somos capaces de realizar 600 abdominales, con distintas variantes.. La verdad es que es tampoco es la mejor forma, no si se considera que al otro día costará hasta levantarse de la cama. La clave para entrenar los abdominales es tratarlos como a cualquier otro músculo del cuerpo. Siendo constantes, respetando los tiempos de recuperación y no volviéndose loco con la cantidades.
Por otro lado, entrenar el core, puede ser un método para quemar grasa si realizamos circuitos de abdominales a una alta intensidad, permitiéndonos quemar calorías incluso en tiempos de descanso.
Formas de entrenar estos músculos, hay muchas. No es necesario ir a un gimnasio para hacerlo. Se pueden trabajar en barra, en colchoneta, en formatos como el crunch, la bicicleta, dorsales, laterales o el clásico sit-up, por nombrar solo una mínima parte de las variantes conocidas o también se pueden trabajar a través de otros ejercicios complementarios.
Lo importante es no olvidarlos dentro de la rutina, ni tratarlos como a un músculo diferente, ya que ellos pueden hacer la diferencia en situaciones cotidianas o deportivas.
Imagen CC Flyfishtogrophy