Conocida es la vitamina C o ácido ascórbico por sus propiedades para estimular el sistema inmunitario, ayudándonos a prevenir los síntomas del resfrío. Pero este nutriente es, además, útil para los deportistas por sus diversas funciones.
Una de estas propiedades es su función antioxidante que protege contra los dañinos radicales libres que genera la combustión de oxígeno propia del ejercicio físico. No es que hacer deporte nos haga mal, de hecho, liberamos radicales libres solo al respirar, pero esta liberación aumenta a medida que hacemos ejercicio porque nos obliga a respirar con una frecuencia más alta, en la mayoría de los deportes, que la que utilizamos al hacer actividades cotidianas.
Los antioxidantes también juegan un rol importante en la prevención y recuperación de lesiones, debido a la influencia de los radicales libres en el proceso de inflamación. De esta manera, los antioxidantes, en una dosis adecuada, ayudan en la recuperación de procesos inflamatorios intensos y leves.
Pero sin duda, una de sus funciones más beneficiosas para los deportistas es la hidroxilación de los aminoácidos prolina y lisina para formar el colágeno, por lo que resulta de vital importancia para crecimiento y mantenimiento de huesos, dientes, encías, articulaciones, ligamentos, tendones y vasos sanguíneos, así como para curar fracturas y cicatrizar heridas y quemaduras.
Esta función es fundamental para evitar que las lesiones pasen a cuadros de mayor relevancia y para facilitar su curación de manera natural.
Otra de sus funciones radica en su capacidad para fomentar la absorción de hierro, asunto esencial para la correcta oxigenación de los tejidos.
¿Dónde encontrar la vitamina C?
La vitamina C está muy extendida en los vegetales, principalmente en los frutos cítricos, los pimientos, los tomates, las papas, las fresas y, en general, en las hortalizas. También podemos encontrarla en forma de suplemento nutricional para deportistas.
Imagen CC @Cristianhold