Casi todas las personas que realizan deporte, tienen pleno conocimiento sobre lo importante que es la hidratación. No obstante aquellos que se están iniciando en carreras de largas distancias, muchas veces lo hacen sin tener conocimiento suficiente sobre los niveles de hidratación que su cuerpo requiere de acuerdo a la exigencia de su actividad y cometen el error de beber más líquido de lo que perdieron en sudoración durante la carrera.
Para un deportista, la deshidratación no es nada bueno. No obstante, el exceso de agua, sin electrolitos, en nuestro cuerpo, también puede ser perjudicial. Si bien es cierto, el agua, tiene diferentes funciones en nuestro organismo como ayudarnos a mantener la temperatura corporal, transportar los nutrientes que ingerimos, lubricar nuestras articulaciones, y ayudarnos a digerir y absorber los alimentos que consumimos, beberla en exceso, nos puede generar la tan indeseable hiponatremia, pero ¿Qué es?
La hiponatremia es una baja repentina de la sal en nuestra sangre, y puede generarse, entre otras cosas por una excesiva ingesta de agua, carente de electrolitos durante el ejercicio.
Cuando baja el sodio de los líquidos corporales que se encuentran por fuera de nuestras células, el agua comienza un proceso de traslado con el objetivo de mantener el equilibrio en estos niveles. Como consecuencia de este traslado, nuestras células comienzan a hincharse repentinamente, debido a las grandes cantidades de agua que reciben. Nuestro cerebro es particularmente sensible a ésta inflamación, provocando reacciones como: confusión, desorientación, en el peor de los casos convulsiones e inclusive, puede provocar un coma.
Por su parte, la sudoración también tiene un rol protagónico en esto, ya que tenemos que adaptar la ingesta de agua a la sudoración que tengamos. Si no sudamos demasiado, no es necesario ingerir tanta agua. Nuestra sudoración depende de variables individuales como el peso corporal, la predisposición genética, adaptación al calor y la eficiencia metabólica, como también de variables externas como: la intensidad y duración del ejercicio, las condiciones ambientales de temperatura, humedad y por supuesto la ropa que utilizas durante el ejercicio.
Los cuadros de hiponatremia se pueden dar en ciclistas, corredores y otros deportistas que realizan un gran esfuerzo físico por varias horas. Para evitarla, es importante mantener el equilibrio en los niveles de hidratación y tener claro que no solo basta con consumir agua de la llave mientras realizas ejercicio. Realiza combinaciones entre agua y otros líquidos que contengan electrolitos, como por ejemplo bebidas isotónicas. Complementa también con alimentos sólidos como alguna fruta como naranja, plátano o barritas de cereales, entre otros.