Coordinar la respiración es muchas veces una tarea titánica para quienes se están iniciando en este deporte. Si no coordinas correctamente, el resultado será nadar unos pocos metros, respirando a medias y parando a mitad de la pista para oxigenarte correctamente.
Mantener esa coordinación con la técnica de cada estilo es a veces una tarea aún más difícil. Aquí te dejamos algunos consejos simples que te ayudarán a coordinar la respiración y disfrutar aún más de practicar este generoso deporte.
1. El agua no es tu medio natural, por lo tanto es normal que las primeras veces que te sumerjas, sientas que no puedes controlar tu cuerpo, y que el agua entra por todos lados, principalmente al momento de respirar. Esto puede significar que realices movimientos innecesarios, que en el peor de los casos puede provocar lesiones. No obstante, debes entender que es imposible evitar que esto suceda. Recuerda que el ser humano se desarrolla en un ambiente acuático, mientras está en el vientre materno y que desde esta etapa desarrollamos reflejos primitivos que nos ayudan a adaptarnos a nuestra vida fuera de él, así es que no te pongas nervioso y relájate.
2. Ten consciencia de tu cuerpo mientras estás desarrollando alguna de las técnicas. Muchas veces, por mejorar tu rendimiento, piensas que estás respirando bien hasta que empiezas a sentirte fatigado a mitad de la pista. Para lograr una respiración adecuada, la cabeza nunca debe salir completamente del agua, debe salir solo la mitad. Entonces cuando tu cuerpo gira al sacar el brazo del agua y giras la cabeza para sacar sólo la mitad , se genera un espacio, entre la boca y el agua que te permite tomar aire, y sumergir nuevamente tu cabeza en el agua. Para lograr esta acción, cuentas solo con medio segundo. Es importante entender que si estás recién empezando, es imposible que no entre agua a tu boca, por eso es tan importante tener consciencia de tu cuerpo y de los movimientos que realizas con él.
3. Aprende a respirar profundo, literalmente hablando. Inspira por la nariz la mayor cantidad de aire que puedas, luego aguanta ese aire durante todo el tiempo que te sea posible y exhala lentamente. Trata de coordinar tu respiración en el agua, a penas te sumerjas en ella. Primero practica sin desplazamiento. Luego, cuando sientas mayor adaptación al medio, inicia secuencias de desplazamiento con movimientos suaves, tratando siempre de aumentar la coordinación mientras respiras. Luego, puedes comenzar inspirando por la nariz y exhalando por la boca y viceversa, tratando de permanecer la mayor parte del tiempo sumergido.
4.No olvides el principio básico de la respiración al nadar: Tomar aire por la boca y exhalar bajo el agua con nariz y la boca. Si tratas de hacer ambas cosas cuando tu cabeza se encuentra fuera del agua, te cansarás más rápido y disminuirás tu rendimiento, impidiendo conseguir una respiración constante. Uno de los errores más frecuentes, de los nadadores incipientes, es que no respiran cuando su cabeza se encuentra fuera del agua, ya que se concentran en coordinar el movimiento de los brazos y las piernas. Para lograr esta coordinación, debes entender que la acción de inhalar aire es involuntaria, por lo tanto, si no tomas el aire suficiente cuando tu cabeza está fuera del agua, perderás automáticamente la coordinación, ya que tu cuerpo al no recibir oxigeno, involuntariamente realizará la acción de inhalar cuando estés sumergido, obligándote a salir.
5. Por ultimo, para mejorar tu respiración dentro del agua: debes necesariamente realizar ejercicios fuera de ella. Esto te permitirá mejorar tu capacidad pulmonar y lograr que entre una mayor cantidad de aire a tus pulmones. También puedes realizar ejercicios como:
·Inhalar contando hasta diez, mantener por diez segundos y exhalar contando hasta diez.
·Mojarte la cara con agua fría, conteniendo la respiración mientras lo haces.
·Inflar globos mientras caminas.
·Practica ejercicios cardiovasculares cómo aérobica, ciclismo o trote.
Con estos consejos, más un poco de motivación y constancia, lograrás coordinar la respiración mientras estás en el agua, con tanta facilidad como cuando estás fuera de ella.
Imagen CC Fraggy