Cada día los eventos de running son más populares, convocando a miles de corredores, unos mejores preparados que otros, pero que en sus distintas categorías se esfuerzan por llegar a la meta.
Actualmente cada corrida ofrece diversas actividades y servicios desde las más básicas como el control del tiempo o puntos de hidratación hasta cosas más sofisticadas como masajes al finalizar la corrida o chips que monitorean el desempeño.
Una de los aspectos fundamentales son los puntos de hidratación, donde se entrega agua y bebidas hidratantes a los corredores en diversos puntos del circuito. Mi experiencia no fue solamente corriendo, sino que también trabajando en un punto de hidratación, específicamente en el kilómetro 30 de la Maratón de Santiago, uno de los eventos de este tipo más grande y que convocó a cerca de 25 mil participantes durante el 2013.
Éramos cerca de 20 jóvenes encargados de llenar 5.000 vasos de agua y bebida isotónica, la cual entregamos a los corredores al pasar. Uno lo ve simple, pero todo tiene una técnica, en este caso debíamos seguir el camino de los corredores para que ellos tomaran el vaso sin dejar de correr y entregarles el bebestible de tal forma que no se derrame.
La técnica teórica la teníamos, pero cuando empezaron a llegar los competidores en masa comenzaron las complicaciones, usábamos guantes por la higiene y muchas veces el corredor, en el intento de tomar el vaso, tomaba nuestro guante y lo jalaba, muchas veces quitándolo o botando el recipiente. Los choques entre corredores peleando por el agua también fueron muy frecuentes y para qué decir lo empapados que quedamos todos aquellos que estábamos ahí.
El resultado al cabo de una hora fue cientos de vasos tirados en el piso y líquido esparcido por toda la calle. Una experiencia diferente, pero que claramente agradeceré la próxima vez que participe de una corrida a esos muchachos que te entregan bebidas y te dan ánimos para continuar.
Imagen CC Daniel Pérez Rada