Existen ocasiones en que un deportista amateur, por más que entrene, se estanca en su rendimiento y también aquellos casos en que un deportista de elite necesita perfeccionar su desempeño ¿Cómo lo hacen? con la fisiología.
Y no es que tengan que ser expertos en esta ciencia para desarrollar su progreso. Los deportistas que se deciden a mejorar su rendimiento recurren a los exámenes de laboratorio para tomarse pruebas de VO2 Max y lactato.
El VO2 Max es un indicador que se refiere a la cantidad máxima de oxígeno que un individuo puede absorber, transportar y consumir en una unidad de tiempo determinada. Permite evaluar de manera precisa la capacidad aeróbica de un sujeto, es decir, su posibilidad de realizar actividad física sostenida sin fatigarse.
En Chile existen centros médicos para realizar estos exámenes y así obtener resultados específicos comparables en tiempo para optimizar los entrenamientos. No obstante, también existe una forma de realizar esta prueba fuera del laboratorio.
El profesor Danny Haichelis fue uno de los exponentes de las Jornadas Médico Deportivas de la Clínica Meds, realizadas recientemente en la Universidad de los Andes. Allí el docente indicó que esta medición se puede realizar alternativamente y fuera del laboratorio, a través del test de Cooper.
Esta prueba, realizada durante la formación básica de los escolares en Chile, consiste en correr la mayor cantidad de distancia posible durante doce minutos. Si a esta distancia total se le resta 504 y luego se le divide por 45, se obtiene el VO2 Max. De modo tal que VO2 max = (distancia - 504 )/45. Una cantidad que se puede comparar en el tiempo para ver el progreso.
Una prueba alternativa es la del umbral láctico. Este concepto se refiere al punto durante el ejercicio incremental en que el lactato se comienza a acumular en la sangre. Este indicador no quiere decir que exista dolor en la zona muscular tras una prologación de un actividad anaeróbica (superior a 30 minutos), pero sí "evidencia la fatiga muscular", según el profesor Haichelis.
Lo importante es que el umbral láctico se puede trabajar. Por ejemplo, inmediatamente después que una sesión de nado de 200m en un tiempo fijo, el lactato en sangre puede llegar a ser de 13-14 Mmol/L. Después de 7 meses de entrenamiento estos niveles pueden llegar a disminuir hasta valores inferiores a 4mmol/L. Los estudios han demostrado que el entrenamiento en o sobre el umbral del lactato puede aumentar levemente la intensidad relativa en la cual ocurre, es decir, se puede practicar la misma actividad con menos fatiga muscular, y por ende, mejorar la exigencia muscular y los resultados deportivos.
El nivel de lactato presente en la sangre se mide a través de punciones durante la práctica de un ejercicio, con una frecuencia promedio de tres minutos. Según diversos estudios se ha establecido que el paso a la zona anaeróbica se produce luego de los 4 Mmol/L.
Si un atleta corre a un ritmo en que no traspase esa barrera, está corriendo en su zona aeróbica, lo cual quiere decir que podrá mantener esa velocidad durante un tiempo prolongado, en el caso de un maratón, por más de dos horas. Esto lo convierte en un excelente indicador para proyectar el tiempo de un corredor en un maratón, con una diferencia estándar de +/- 10 minutos.
Una forma sencilla de saber si se está corriendo bajo el umbral láctico es decir el RUT en una sola frase. Si no se puede, es porque se está corriendo sobre el umbral láctico y no se podrá mantener esa velocidad por mucho tiempo.
Estos ejercicios prácticos pueden ayudar a tener ciertos indicadores concretos sobre la capacidad física y el rendimiento del momento, indicadores que pueden ser registrados y comparados en el tiempo para el desarrollo de planes de entrenamientos óptimos para el progreso deportivo.
Imagen CC Salem Elizabeth