El deporte, como la mayoría de las cosas buenas en la vida, llegó solo. Desde los primeros pasos en el tenis, amor por el fútbol, hasta el actual desafío del running. Durante mi niñez, y quizás por vivir en varios países de Sudamérica durante ese tiempo, todo se dio desde muy temprano y de manera muy natural.
A los 8 años, y gracias a la pasión de mi padre por el tenis, este deporte fue una actividad familiar durante muchos fines de semana en San Cristóbal, Venezuela. Mis padres, mis hermanos y yo pasábamos los sábado en clases con un coach, para después dar paso a “apasionantes” matches, donde pese a ser el que más perdía (soy el “conchito”), es el recuerdo de una gran infancia. Ya a los 10 conocí al deporte de mis amores, y qué mejor que en Brasil. Todos los días a toda hora se jugaba fútbol, en el colegio, en el barrio, por lo que decidí comenzar a jugar, y 25 años después lo sigo haciendo.
Así, tras dos años de intenso “entrenamiento” en Sao Paulo con mi familia llegamos a vivir a Santiago el 90, donde vino la consolidación por esta pasión. Ser seleccionado de fútbol en el Colegio San Ignacio El Bosque significó vivir la plenitud; finales disputadas y copas ganadas, perdidas… son recuerdos que aún se mantienen vigentes como lecciones de vida.
También cabe destacar mi paso por la velocidad en el atletismo, lo que significó varios Interescolares y campeonatos en regiones, además algunas medallas que aún conservo con orgullo en mi casa. En la universidad Andrés Bello, los campeonatos y entrenamientos fueron una constante, pero además se evidenció el factor social del fútbol. Cada partido era un verdadero evento, tanto los campeonatos internos como los de la selección de la universidad, donde todos girábamos en torno al deporte.
Ya en la vida laboral, la “presión” futbolística bajó (en relación a los campeonatos, ya que los partidos amistosos y familiares siempre están), momento en el que conocí un excelente aliado: el running. Es que lo práctico que resulta tomar un par de zapatillas y “botar el día”, mejorar el estado físico, eliminar el stress y lograr mejorar el ánimo empieza a ser parte de tu rutina.
Y como el deporte no para, tras dos años de entrenamiento, el punto alto de esta afición será en diciembre, en los 21K de la Maratón Costa Pacífico 2014 de Viña del Mar. Un desafío que se acerca a pasos agigantados…