Según la Real Academia Española (RAE), la palabra Memoria entre sus múltiples significados, se refiere a la “facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado”.
Aplicado al caso de nuestros músculos, se atribuye a que nuestros músculos logran recordar algunas actividades realizadas por nosotros hace algún tiempo atrás. Esto significa que la mente aprende un nuevo concepto y lo transmite a los músculos, para luego comenzar el desarrollo de esta llamada "memoria muscular". El proceso se asimila y los músculos recuerdan lo que el cerebro comunica.
La Memoria Muscular, en estricto rigor, es la capacidad que tiene nuestro cuerpo para poder hacer movimientos y ejercicios sin siquiera pensarlo. Un ejemplo brillante para esto es andar en bicicleta. Cuántas veces no escuchaste a alguien decir “esto es como andar en bicicleta, nunca se olvida”.
Los efectos más interesantes se dan en atletas, gimnastas o personas que practicaron un deporte durante muchos años. Tras retomarlos luego de años sin practicarlos, muchos señalaron que les fue fácil volver a acostumbrarse, alcanzar buena flexibilidad, entre otras cosas.
Nuestro cuerpo es brillante. En cosas cotidianas, nuestra mente y cuerpo recuerdan claramente como levantarse, como saltar, como correr, etc.
Ojo con las malas posturas
Si te acostumbras a practicar algún deporte o disciplina con una postura incorrecta, ese será el modo en que tu cuerpo y mente recordará hacerlo después. Por ello debes poner mucha atención en hacer los ejercicios correctamente, evitando lesiones y dolores innecesarios.
Pueden pasar años y tu mente y cuerpo recordarán cómo hacerlo.
Si me lo contaran quizás no lo creería del todo. Si, de seguro nuestra mente recuerda cosas que dejamos de hacer y que retomamos, pero en temas de musculatura parece más extraño.
Desde muy pequeña me desempeñé en distintas áreas deportivas, como gimnasia artística, rítmica, basquetbol, etc., por lo que siempre mantuve un excelente estado físico. De hecho, tan sólo a los 6 años ya tenía calugas, esas tan anheladas por la gente en general.
Disminuí mi actividad deportiva en enseñanza media y al ingresar a la universidad la suprimí de mi vida.
Después de eso, cuando me daban ganas de volver a practicar algún deporte, fuera cual fuera, me limitaba, me daba nervios, me frustraba. No quería ser mala haciendo algo después de haberme destacado en otras disciplinas.
Pero cuando me atreví mi sorpresa fue mayor. Efectivamente mi cuerpo recordaba cómo moverse, cómo elongarse y cómo "volver a hacerlo". Definitivamente nuestros músculos tienen memoria, basta darles un empujoncito.
Y para finalizar, lo que más me llamó la atención, es que al poco hacer ejercicio, logré recuperar mis calugas. Esas que tanto les cuesta conseguir a los adultos que jamás tuvieron hábitos deportivos desde niños, yo las conseguí en unos pocos meses y sin demasiado esfuerzo.
El consejo es: Enséñenle a los niños lo importante que es realizar deportes desde corta edad y, ustedes, al aprender a realizar alguna actividad deportiva nueva, procuren realizar los movimientos correctamente, para que sus mentes y músculos guarden buenos recuerdos.