Cuando nos entusiasma algo, todo tu mundo gira en torno a nuestro "hobbie". Pero para algunos, el hobbie se vuelve más que eso, se vuelve parte fundamental de su vida.
Los personajes de gimnasios son particulares, y si, viven, piensan y sienten de una manera particular. Puede que tú seas uno de ellos y estés contagiado de esta adicción.
Aquí te dejo las frases y cosas que te delatan como un real "gimnasio-adicto":
- Cuando te levantas, no piensas en cepillarte los dientes, la primera frase que llega a tu cerebro es "que parte del cuerpo te toca entrenar".
- Tu ropa de día a día es de gimnasio, así vayas al trabajo.
- Tu día no se divide en tres comidas... Cuando piensas en comidas piensas en "cuál va a ser mi pre-workout y mi post-workout". Y si tus platos son gigantes responderás "es que estoy en fase de formar músculo".
- Sales de tu casa con un bolso de gimnasio más grande que una cartera de señora. Tienes desde polvos de proteína, barras energéticas, una muda de ropa, desodorante, toalla y audífonos.
- Tus actividades diarias las planeas entorno a tu horario de entrenamiento en el gimnasio.
- En el gimnasio, tienes una caminadora/elíptica/set de pesas favoritos (y odias cuando otro las ocupan)
- No puedes pasar por un espejo si chequear tus bíceps y tríceps. Y si te encuentras en un ascensor sólo, seguro levantas la camisa para ver cómo van tus abdominales.
- Tus amigos saben que eres una causa perdida para la colación del medio día. No hay sanguche que le gane a las pechugas de pollo, el brócoli y el arroz integral.
- El accesorio que siempre te acompaña es tu botella de agua.
- Los lunes, mientras los demás nos quejamos, lo primero que te pasa por la mente es "¡es día para entrenar pecho y brazos!"
- Tus líneas para seducir chicas son "¿y tu entrenas?" o "¿y en qué gimnasio estás inscrita tu?"
- Con tus amigos del gimnasio no hablas sobre los resultados del fútbol (así estemos en pleno mundial), tu tema de conversación es "cuánto peso haces en squats"
- Lloras internamente al darte cuenta que dejaste el ipod en tu casa o llegaste al gimnasio sin audífonos.
- Cuando ves a personas caminando y no corriendo en la treadmill te parece que están abusando del pobre equipo y "no se lo merecen".
- Tu reloj, por supuesto, es un monitor cardiaco. Los relojes bonitos son para los débiles.
- Tu comida libre es sagrada y sólo una vez a la semana. Y normalmente incluye una hamburguesa, papas fritas y queso. La pizza es buena opción. Todo lo demás está fuera de orden
- No compras revistas Playboy, pero si compras revistas de gente musculosa en poca ropa "porque tiene datos interesantes".
- Le das miradas terribles a las personas que levantan pesas de sólo dos kilos en el gimnasio.
- Tus mejores amigos son tus compañeros de gimnasio. Tus amigos cerveceros saben que eres una causa perdida.
- Cuando te ofrecen una comida, lo primero que preguntas es cuántas calorías tiene.
- Si llegas tarde a la clase de tu profesor favorito, sientes que el día está perdido.
- Anotas tus entrenamientos en una agenda, pero en realidad, te sabes todo de memoria. Eso si, no tienes espacio en el cerebro para recordar el celular de tu mamá.
- Los porteros del gimnasio te saludan por tu nombre y apellido... Y tú te sabes hasta el día en que cumplen años...
- Pasas por lo menos tres horas en el gimnasio, aunque en realidad sólo entrenes una.
- Si eres una chica, te sabes la coreografía de Zumba y/o BodyPump mejor que el profesor.
- Tienes tu horario de entrenamiento totalmente planificado y lo comentas con tu pareja, tus amigos, con la persona que se sienta a tu lado en el metro....
- Te emocionas cuando te dicen que tu polvo de proteína favorito está en oferta.
- En tu "red de emergencia" de tu teléfono tienes a tus instructores de gimnasio, luego a tu mama/pareja/amigos...
- Otros "frecuentes" del gimnasio siempre te dicen "tu siempre estás aquí" (y obvio que ellos también).
- Te invitan a la fiesta de navidad del gimnasio un mes antes de invitar al personal que trabaja ahí.
- Te han preguntado más de una vez si tu "trabajas en el gimnasio".